lunes, 30 de marzo de 2020

J - El Cordón Dorado.

J - El Cordón Dorado.
Vamos a destacar un concepto ya visto, que tomaremos del párrafo de "La Extraña Aventura del Dr. A. Siegnagel", citado precedentemente: "Los viryas despiertos se hallan vin­culados carismáticamente entre sí, DEBIDO A SU ORIGEN COMÚN, por un lazo sincronís­tico que llamamos AUREA CATENA o CORDÓN DORADO. Es un vínculo NO FÍSICO inaprensible para la razón". Aunque este concepto sólo será comprendido cabalmente cuando se conozca la Estrategia "O" de los Siddhas Hiperbóreos, que expondremos en la Segunda Parte, conviene efectuar aquí algunas aclaraciones.
En primer lugar, confirmamos lo que parece obvio: la vinculación carismática entre viryas "POR SU ORIGEN COMÚN" se debe a la presencia en éstos, en su memoria de la san­gre, del Símbolo del Origen. Sin embargo, hay que hacer aquí una observación muy impor­tante: la "vinculación carismática" no ocurre POR CAUSA del Símbolo del Origen sino que, por el contrario, se trata de un fenómeno ACAUSAL. O, si queremos hacerlo aún mas simple, digamos que la vinculación carismática y el Símbolo del Origen forman parte del mismo fenó­meno. Este paradójico hecho puede ocurrir porque el Símbolo del Origen, aunque NO ES un Arquetipo universal, ES EL MISMO SÍMBOLO EN TODOS LOS VIRYAS. Por eso la vin­culación carismática jamás podrá ser reputada como un fenómeno de campo de fuerza, seme­jante a la electricidad, al magnetismo, la gravedad, o cualquier otro fenómeno de "fuerzas de acción a distancia".
Los viryas, en cambio, sean perdidos o despiertos, se encuentran todos sincronística­mente conectados por el origen común, formando esta conexión un lazo acausal, independiente del tiempo trascendente y del espacio. Y cabe destacar que, a pesar de que la mayoría de los viryas perdidos lo ignora, el Cordón Dorado otorga la maravillosa posibilidad de adquirir, por la sangre pura, el más alto nivel que haya alcanzado otro virya en cualquier parte del mundo. Claro que tal posibilidad sólo podrá ser aprovechada por aquel que se sitúa en el espacio estra­tégico de una Mística.
Para dar mayor claridad a este tema vamos a transcribir aquí el inciso "La Mística Hi­perbórea, motor mágicosocial", tomado de nuestra obra "Tratado de Estrategia Psicosocial de la SS". Sólo resta advertir que el mismo tema, pero desde otro punto de vista, será nuevamente tratado en la Segunda Parte.

"Inciso IV, La Mística Hiperbórea, motor mágicosocial".
"El misticismo es una actitud del hombre hacia la Divinidad; actitud que conduce a una experiencia interior última denominada ÉXTASIS MÍSTICO (o UNIO MÍSTICA) en la que se establece el vínculo personal entre el hombre y Dios. Para que la actitud mística concluya en el éxtasis místico y se concerte la experiencia interior trascendente debe intervenir un agente mediador denominado CARISMA. Recordemos que el místico no es "iniciado" y por lo tanto profano, pero la experiencia trascendente que persigue y obtiene pertenece al orden mas excel­so de la gnosis esotérica, por lo que el CARISMA debe allanarle, como en la iniciación, todos los obstáculos (racionales, morales, biológicos, etc.) que se interpongan entre él y la Divini­dad. El agente carismático interviene de manera aparentemente gratuita y contingente sobre determinados místicos resultando esta intervención tan incomprensible e inescrutable que al­gunos pensadores profanos lo atribuyeron al capricho de Dios, llamándolo justamente "don de Dios" o "gracia divina". Pero la Sabiduría Hiperbórea, cuyos pálidos reflejos sobreviven en al­gunas tradiciones esotéricas, afirma que el AGENTE CARISMÁTICO está perpetuamente presente en un plano "absolutamente trascendente" al mundo inmanente de la materia y se de­nomina PARACLITO. Es lo que la teología cristiana ha denominado Espíritu Santo incluyéndolo equivocadamente como una de la "personas" de la trinidad, es decir un aspecto de YAHVEH-SATANÁS. La Kábala judía también pervierte el carácter absolutamente trascen­dente del PARÁCLITO ligándolo a la inmanencia panteísta de Jehová-Satanás".
"Ya veremos en la Segunda Parte una definición más profunda del Paráclito; por ahora continuemos releyendo el inciso transcripto.
"La Sabiduría Hiperbórea enseña que el Paráclito, o "agente carismático", está vinculado simpáticamente a la sangre, a un CONTENIDO REMINISCENTE que ésta posee en algunos seres y que se denomina MINNE: la herencia del Símbolo del Origen. De allí la aparente falta de "lógica mundana en la manifestación del agente carismático pues sólo interviene en aquellos místicos que han "sentido la reminiscencia" que otorga la Minne  sanguinea. Es que no todos pueden sentir la Minne y muchos que la sienten no saben que sienten.
"Sentir la Minne es acceder a su contenido gnóstico y esto sólo se logra cuando, inmer­so en el torrente misterioso de la sangre, se produce el reencuentro con una verdad olvidada, es decir hecha inconsciente. Este reencuentro no es necesariamente un recuerdo sino la reminis­cencia de la propia divinidad perdida y la certeza intima de pertenecer a otro orden de existen­cia espiritual para el cual la materia es odiosa y la realidad del mundo esencialmente maligna. A la reminiscencia sobreviene inmediatamente una nostalgia infinita que sólo puede mitigarse con la esperanza del regreso.
"La Minne, entonces, no es tanto el recuerdo como la reminiscencia y aún la nostalgia que se debe experimentar íntimamente como acto previo al éxtasis místico, al que se llega por me­diación carismática del PARÁCLITO. Por eso la Sabiduría Hiperbórea sostiene un concepto más amplio del carisma en el sentido de ATRIBUTO PERSONAL que puede ser conquistado y desarrollado en beneficio propio y de la raza. El carisma personal sería en este caso "el efecto sensible producto de la intervención acausal del agente carismático o Paráclito, en el éxtasis místico, éxtasis que sólo es posible experimentar si previamente se ha vivenciado la Minne sanguínea, esa nostalgia". A partir de este concepto existe toda una técnica secreta, que permite desarrollar el carisma personal, fundada en la posibilidad de acceder a la Minne mediante el "Principio Hiperbóreo de la Purificación de la Sangre". Este principio alude a la SANGRE ASTRAL complemento sutil de la sangre física e intermediaria entre el Espíritu y el cuerpo físico. Según dicho principio la Minne no está presente en todos los seres antropomorfos sino en aquellos "descendientes" de la Raza Cósmica Hiperbórea, de Cristo-Lúcifer únicos que me­recen el calificativo de hombres semi-divinos o viryas. Pero, aun en éstos, existen diversos grados de impureza en la SANGRE ASTRAL que obstaculizan o impiden el acceso a la Minne y a su nostalgia liberadora. Es preciso entonces purificar la sangre astral para que se manifieste el "recuerdo contenido" de la Minne. Esto se logra por medio de Técnicas Secretas que con­templan la posibilidad de conocer exactamente si el hombre es de linaje hiperbóreo (virya) y, de ser así, que grado de impureza en la sangre astral le oscurece el "recuerdo contenido" de la Minne.
"La Sabiduría Hiperbórea afirma que si un Siddha desea durante el Kaly Yuga o Edad Oscura reconocer el linaje hiperbóreo en razas degradadas y degeneradas por la "IMPUREZA DE SANGRE", con vistas a su purificación y regeneración, sólo dispone de siete vías posibles una de las cuales requiere la efectiva posesión del GRAAL. Las Técnicas Secretas, que son siete también, una para cada vía, hacen posible la purificación de la sangre astral hasta un grado tan elevado que pueden provocar la transmutación del VIRYA en SIDDHA, es decir del hombre semi-divino en Divino Hiperbóreo inmortal.
"En otro orden, es también posible desarrollar el carisma personal de un líder para que, en la conducción de un pueblo, ejerza sobre la masa del pueblo esa fascinación carismática de los grandes jefes. Incluso una élite dirigente podría ser dotada carismáticamente si se cuenta con alguna vía para la selección de los VIRYAS y se aplica la Técnica Secreta.
"Aclaremos ahora un difundido error que consiste en relacionar analógicamente el ca­risma personal con el magnetismo físico, en la creencia que éste se comporta como aquél. En esta burda analogía cientificista el hombre carismático posee un "campo de fuerza" intenso que es percibido por otros hombres merced a la "interferencia de campos" que se produce al si­tuarse en su vecindad. Se dice entonces que tal hombre posee "magnetismo personal" y el ca­risma, como las fuerzas de acción a distancia de la física, queda asociado a la noción de magni­tud y extensión espacial. Nada de esto enseña la Sabiduría Hiperbórea pero afirma en cambio que el carisma personal que un líder "trasmite" colectivamente a la masa en realidad es percibido por cada uno en particular merced a un fenómeno de sincronía. Ésta es la razón por la que el carisma personal, por más intenso que sea, nunca es infalible sino que sólo afecta a aquéllos que por su linaje espiritual y grado de pureza sanguínea, es decir por la calidad de su Minne, pueden percibirlo en mayor o menor medida. Pero esta percepción no es meramente sensible sino eminentemente trascendente y espiritual, como corresponde a una superior virtud personal, que eso es el carisma y no una fuerza ciega y engañosa.
Disponemos ahora de un concepto mejor definido sobre lo que es un místico (de linaje hiperbóreo o virya). La Sabiduría Hiperbórea asegura que todo virya, por muy impura que este su sangre, posee condiciones místicas potenciales susceptibles de ser "despertadas" y orienta­das convenientemente en beneficio del individuo y de la raza.
"Este "despertar" del misticismo puede ser inducido por el carisma personal de un jefe (FÜHRER), líder o gurú, especialmente dotado. De hecho todos los fundadores de religiones y aún los fundadores de simples órdenes religiosas, por ejemplo, dispusieron de un gran carisma personal que les permitió reunir en torno suyo a gentes de la más variada condición la cual se sentía "arrebatada" hacia la nueva fe.
"Este carisma, que poseen en alto grado los líderes y que parece ser elemento indispen­sable para garantizar el éxito en la conducción de comunidades y la fundación de organizacio­nes colectivas perdurables, es el principio sobre el que se asienta una Mística. En efecto, una Mística Hiperbórea, o simplemente "Mística", es siempre la percepción colectiva de un caris­ma que a su vez puede estar sustentado en la presencia de un líder visible o dimanar de un pe­queño grupo de personas ocultas. Pero, cualquiera sea el caso, la vinculación carismática entre viryas siempre tiene por centro la sangre, el Símbolo del Origen que constituye la herencia común del linaje hiperbóreo. Aclaremos ahora quienes pueden desarrollar un centro carismá­tico.
"Cuando se habla de la esotérico y lo exotérico, suele decirse que lo segundo es la ex­presión profana de lo primero. Así una religión es el aspecto exterior, profano, EXOTÉRICO, de una DOCTRINA SECRETA ESOTÉRICA, interna, iniciática, guardada celosamente por sacerdotes o gurúes de quienes dimana el carisma percibido por los fieles, al que se denomina MÍSTICA.
"Pero, si bien esto es un hecho cierto en la perpetuación de las religiones, en el comien­zo del movimiento religioso quizás haya actuado un solo líder (Mahoma, Jesús, Manes, San Francisco de Asís, etc.) poseedor de un poderoso carisma y expositor de una Verdad revelada. Atraídos intelectualmente por esta Verdad pero, fundamentalmente, persuadidos en su creduli­dad por el carisma personal los hombres se agrupan armónicamente junto a ese CENTRO DE PODER que es el líder.
"En estos y en todos los casos la Mística es expresión de un carisma que, percibido por muchos, actúa como agente aglutinante u ordenador en torno al OBJETO de la Mística (líder, iglesia, doctrina, patria, etc.). Veamos un ejemplo. Un ejército puede estar muy bien equipado y organizado pero demostrar un comportamiento mediocre en las operaciones. La presencia de un jefe carismático revertirá esta situación introduciendo una Mística adecuada al fin de elevar el rendimiento operativo que asegure la victoria. Para ello apelará en principio al patriotismo o a la fe. No importa demasiado, en realidad, el contenido conceptual de su arenga discursiva y oratoria pues la Mística predispone a los hombres a creer y por otra parte, como ya vimos, en la función guerrera (y sacerdotal) "la forma predomina sobre el ser". Por eso el jefe presentará bien claro el estandarte a seguir y el ejemplo a imitar. Se exaltara la figura de un héroe legen­dario, un Dios de la guerra o una Virgen de los ejércitos, divinidad a la que hay que imitar y de la que se espera protección. Se fijarán consignas, se cantarán himnos, se emprenderán avances o desfiles, se diseñarán uniformes y distinciones, banderas y escudos, y otras infinitas variantes de la "determinación formal".
"En poco tiempo se observará un cambio asombroso. El ejército de ayer, de moral du­dosa y desconfiable eficacia, se ha transformado en una máquina de guerra, en una estructura orgánicamente disciplinada cuyo rendimiento operativo es inmensamente superior. Tal el be­neficioso efecto obtenido al realizar la función del mando en el "marco" de una Mística.
"Pero, por otra parte, la Mística así vista es algo claramente morfológico, cuya percep­ción ocasiona experiencias de orden trascendente. Esto es aludir al carácter semiótico que la Mística presenta en cuanto FORMA sensible e inteligible pues, como el símbolo, la Mística revela su SER a quien es capaz de aprehenderla. Por ello decimos que: "la Mística es una FORMA sostenida por un SER llamado CARISMA".
Páginas atrás definimos a la Mística como "la percepción colectiva de un carisma que a su vez puede estar sustentado en la presencia de un líder visible o dimanar de un pequeño grupo de personas ocultas". En beneficio de la posterior exposición conviene establecer clara­mente que se entiende por "percepción colectiva de un carisma" en esta definición.
"El carisma es la expresión del Paráclito o Espíritu Santo y SÓLO EXPERIMENTA­BLE SU RECUERDO a partir de la Minne sanguínea. Esto significa hablar de una experiencia absolutamente trascendente e INDIVIDUAL a la cual llamamos ÉXTASIS MÍSTICO y a la que no es posible ni imaginar relacionada con LO COLECTIVO en cuanto este concepto alude a lo relativo a "cualquier reunión de individuos", tal como lo define el Diccionario Sopena. ¿Qué queremos decir entonces al hablar de PERCEPCIÓN COLECTIVA del carisma? Res­puesta: Que, en el "marco" de la Mística las experiencias carismáticas individuales, diferentes y únicas en sí mismas, coinciden sincronísticamente en tiempo y espacio. Lo que no significa en absoluto que tales experiencias sean COLECTIVAS en el sentido con que denominamos a las EXPERIENCIAS COMUNES o fenómenos cuya percepción, una y la misma, es comparti­da por muchos tales como la observación de un eclipse o la audición de una melodía.
"La Sabiduría Hiperbórea denomina "vinculación carismática" al hecho de la coinci­dencia carismática en el marco de la Mística y ésta es la única concesión que hace en cuanto a lo COLECTIVO”.
"Por lo tanto, cuando en el marco de una Mística se establece la "vinculación carismá­tica" entre los hombres, que no es otra cosa que la "percepción colectiva del carisma" antes mencionada, deberá interpretarse este hecho dando a LO COLECTIVO la dimensión concep­tual de COINCIDENCIA ESPACIO TEMPORAL DE INDIVIDUOS en lugar de la más co­rriente idea de masa o muchedumbre”. Somos conscientes de la dificultad que entraña esta dis­tinción por lo que trataremos de esclarecer aun más la cuestión en el próximo inciso V.
"Recordemos por ahora la tesis del inciso III. Allí demostramos que en las funciones sacerdotal y guerrera "LA FORMA PREDOMINA SOBRE EL SER". De ello se infiere que "mediante un adecuado manejo de la forma puede determinarse el ser" en la función sacerdotal o guerrera, posibilidad que constituye el principio del control de grupos humanos en la Estra­tegia Psicosocial. Ahora bien: siendo por definición la Mística "UNA FORMA QUE REVE­LA AL SER, EL CARISMA", se comprende que la Mística es el instrumento FORMAL ade­cuado para operar sobre las comunidades humanas en el objetivo de "fijar" cualitativamente las funciones sacerdotal o guerrera o simplemente para "evocar" un arquetipo colectivo determina­do. Por ello la Mística, tal cual la hemos definida aquí, es el sistema empleado tradicionalmen­te por los grandes Guías Hiperbóreos de la humanidad, por ejemplo, el Führer, quien logro producir la "vinculación carismática" en la totalidad del pueblo alemán".
Otro párrafo de la misma obra puede contribuir a esclarecer aun más el fundamental tema de la vinculación carismática del Cordón Dorado.

b - TESIS- Recordemos el último concepto del INCISO IV.
"Hemos establecido un hecho: la Mística es una estructura morfológica continente cuyo contenido, ontológico, es un ser llamado carisma. Y el carisma o agente carismático, según vimos, es la expresión del Paráclito o Espíritu Santo el cual, como así también Dios en tanto el Espíritu Santo es Dios mismo, se ma­nifiesta en un plano absolutamente trascendente al plano inmanente de la materia. El Paráclito por lo tanto es inexperimentable e inapresible en el plano físico, y si su expresión, el carisma, es perceptible para algunos hombres ello es solamente en virtud del recuerdo contenido de la Minne. Lo que significa hablar de una experiencia individual dado que la Minne es algo personal", diferente de una persona a otra. La "vinculación carismática" de más de un hombre, varios o muchos es lo mismo, sólo puede darse en el marco de una Mística.
"Pero la "vinculación carismática" entre viryas que se experimenta en el marco de una Mística es, según vimos, un fenómeno sincronístico y acausal, vale decir, un fenómeno que NO OCURRE POR CAUSA de interacciones de campos de fuerza (magnético, eléctrico, gravita­torio, etérico, astral, estructurador de forma, pránico, akázico, etc.) pues ello equivaldría a admitir relaciones causales en los fenómenos de carisma colectivo entre viryas.
"Sin embargo la hipótesis de los campos de fuerza o magnetismo colectivo es la más aceptada, incluso dogmáticamente, en la moderna psicología de masas y la razón de ello es que los mencionados campos parecen poseer existencia real y generar en parte diversos fenómenos de psicología colectiva. Pero dichos fenómenos colectivos CAUSADOS por campos de mag­netismo animal o humano nada tienen que ver con la "vinculación carismática" manifestada a los hombres en virtud de una Mística.
"Para la Sabiduría Hiperbórea no existe el hecho de la masa de hombres (VIRYAS), ni aún en plena muchedumbre. Siempre, solos o reunidos, cercanos o lejanos, los VIRYAS per­manecen UNO en el misterio de la sangre y si algún lazo existe entre ellos éste es el de la ÁUREA CATENA, el cordón dorado, sincronístico no causal, del Símbolo del Origen, que liga, fuera del determinismo material del universo, a la raza divina de CRISTO-LUCIFER. Por ello la "vinculación carismática" es trascendente e individual, hombre por hombre, VIRYA POR VIRYA, y si involucra a un número de hombres en el marco de la Mística, éstos no de­ben ser considerados de ningún modo masa o muchedumbre. Sin embargo la Sabiduría Hiper­bórea acepta que en animales o animales-hombre (pasú) ocurren fenómenos de campo de fuer­za debido a la unidad genética de todo lo existente dentro del continuo espacio tiempo en que se ma­nifiesta la acción ordenadora de Jehová-Satanás el Demiurgo de la materia. Lo importante es comprender ahora que en tanto se considere a las masas o muchedumbres desde el punto de vista cuantitativo y causal, sujetas a fenómenos psicológicos de campo de fuerza o magnético, estamos cometiendo un grueso error desde la perspectiva hiperbórea y corriendo un riesgo esotérico por cuanto las "fuerzas colectivas" que actúan en las poblaciones animales o de ani­males-hombres (pasú) son de neto orden satánico o demoníaco, técnicamente denominadas en ocultismo "proyecciones arquetípicas en la luz astral" o egrégoros, es decir arquetipos colecti­vos vitalizados y "liberados" fuera del hombre y fuera de los hombres pero con capacidad para actuar sobre los hombres.     
"Esta errónea concepción ha tomado tal auge en las ciencias políticas y sociales que, aún en Alemania, y lo que es peor hasta en el Partido Nazi, había quienes no "VEÍAN" hiper­bóreamente al pueblo como el conjunto de VIRYAS que son sino que VEÍAN, sinárquicamen­te, masa y muchedumbre.
"Pero sin visión hiperbórea no puede haber comprensión de la misión del FÜHRER que es conducir al pueblo, como un solo VIRYA, hacia la mutación colectiva del fin del KALY YUGA, haciendo efectiva la promesa de liberación de CRISTO-LUCIFER y trasmutando al hombre en superhombre, al VIRYA en SIDDHA inmortal, en un despertar colectivo que sin embargo será personal y secreto porque se dará en los 7 cielos y más allá del cielo, para cada uno.
La visión sinárquica del hombre-masa en cambio brinda una idea de rebaño que sólo puede conducir a una concepción colectivista de la sociedad y del estado, tal como ocurre con los socialistas y marxistas o una democracia liberal en donde el estado, controlado por oligar­quías políticas y mafias económicas, se asienta en las masas sufragistas, cuyas mayorías no ejercen ningún control real sobre su destino histórico y son simplemente reducidas a "clases" sometidas.
en que se halla inmerso y a su individuación definitiva, reintegrándose al Yo despierto en el selbst. Es el fin del Kaly Yuga o Edad Oscura.
La visión sinárquica significa continuar en el orden causal, sujetos a la ley de evolución y a las pautas del progreso material en que se fundamenta la civilización occidental. Significa la inmersión cada vez mayor del individuo en lo colectivo, marchando la historia hacia una sociedad futura mecánicamente compleja en la que el hombre desaparecerá como tal en una atrofia metafísica de su yo, objetivo indispensable para cumplir el fin de la visión sinárquica que es el Gobierno Mundial. "Pero en este súper gobierno imperará el orden de la colmena: un gigantesco hormiguero mundial regido por una jerarquía endógama probablemente hebraica. ¿El Dios mundial?: Jehová-Satanás".




I - El encadenamiento espiritual introduce el infinito en el microcosmos.

I - El encadenamiento espiritual introduce el infinito en el microcosmos.

El macrocosmos es un mundo de entes finitos y sucesivos. Ni en el plano arquetípico ni, aún, en la memoria arquetípica del microcosmos existe un Arquetipo infinito. Mucho menos aun hay algún designio que lo revele: el infinito, pues, es un conocimiento escencialmente vedado al pasú. Sin embargo, por la intervención de los Siddhas Traidores, el Signo del Origen ha venido a causar la manifestación del Espíritu-esfera en el microcosmos y la participación del Yo infinito en la evolución del pasú; en consecuencia ha ocurrido este incomprensible hecho: EL VIRYA ES UN ENTE FINITO QUE PARTICIPA DEL INFINITO.

Pero, siendo así ¿en qué lugar del microcosmos, en que estructura, en cual dimensión, dónde, en fin, hay que buscar ese infinito interior del virya? Respuesta: El infinito actual, real, completo, sólo puede estar en el Yo Infinito; por lo tanto, sólo puede ser hallado cuando el Yo del virya trasciende la finitud del sujeto consciente, del alma, del esquema de sí mismo, y se sabe ajeno a la evolución, un reflejo de la eternidad del Espíritu. Sólo entonces, luego de tal liberación, después de que el Gran Engaño ha quedado roto, es posible el tránsito impensable entre lo finito y lo infinito; sólo entonces es posible la reversión del Espíritu esfera revertido, la vuelta a su normalidad.



Para aclarar esta respuesta hemos de distinguir exactamente entre "el yo perdido" (o "dormido") y "el Yo despierto" que constituyen los dos modos de actuar del Yo del virya. De ellos sólo el Yo despierto es capaz de acceder gnósticamente al infinito de su propia esencia COMO CULMINACIÓN DE UNA ESTRATEGIA HIPERBÓREA. El otro, el Yo perdido, jamás se sabrá infinito porque se halla temporalizado, identificado con el sujeto consciente; primero debe liberarse, despertar del Engaño, antes de concebir siquiera la trascendencia es­piritual, la mutación de virya en Siddha. Por eso la Sabiduría Hiperbórea califica a los viryas como "perdidos" o "despiertos", atendiendo a la calidad de su Yo empírico.

El Yo Infinito es INSUBSTANCIAL, síntesis polar del Espíritu. El símbolo del Origen, por otra parte, es SUBSTANCIAL como toda terminación psíquica: es un elemento sémico de substancia energética. Pero el Yo Infinito, al reflejarse en el Símbolo del Origen, genera el Yo del virya que puede ser substancial o insubstancial de acuerdo a su condición de "perdido" o "despierto".

La clave genética de los Siddhas Traidores apunta a producir, en el pasú, un Yo lo más substancial posible, es decir, una hipóstasis del Yo infinito: de ese modo queda atenuada su infinitud. Se obtiene así un Yo perdido cuya total actividad puede ser aprovechada para impul­sar la evolución del alma. El Yo perdido surge en el seno del sujeto consciente, confundido con éste, como una hipóstasis del Yo Infinito denominada PERSONA. Es decir: tras la personali­dad del virya, en su persona, alienta un Yo perdido que es hipóstasis del Yo Infinito, reflejo del Espíritu eterno. Solamente quien efectúe el tránsito inverso, desde la mera personalidad hasta el Yo perdido substancial, y quien trascienda esa hipóstasis que se asienta en el Símbolo del Origen y llega hasta el Símbolo mismo, tendrá la posibilidad cierta de acceder al infinito actual, al Espíritu.

Pero el descubrimiento interior de esa posibilidad de liberación estaba prohibida desde un principio al virya, quien aún no se llamaba de ese modo. Tal como se explicará en la Segunda Parte, al exponer la Estrategia "O" de los Siddhas, la intervención de Cristo-Lúcifer alteró de­finitivamente los planes de los Siddhas Traidores y dejó abierto un camino para la liberación de los Espíritus cautivos. Desde entonces, quien logra incluirse en la Estrategia "O" de los Siddhas, puede optar por aplicar una de las siete vías de Liberación de la Sabiduría Hiperbórea para hallar y seguir el sendero inverso que conduce al Vril: "a este, al hombre semidivino que lucha contra el Demiurgo y sus aliados para liberar al Espíritu cautivo, y que sigue, para ello, el sendero inverso de la sangre pura, sólo a éste le fue dado el nombre de virya". Este virya es, desde luego, el "el virya despierto", poseedor de un Yo despierto insubstancial, capaz de aprehender el Símbolo del Origen en la sangre pura y escuchar la Canción de A-mort de los Siddhas. EL MOTIVO DE ESTOS "FUNDAMENTOS DE LA SABIDURÍA HIPERBÓ­REA" ES, JUSTAMENTE, OTORGAR AL VIRYA PERDIDO LOS ELEMENTOS NECE­SARIOS PARA INTENTAR LA TRASMUTACION EN VIRYA DESPIERTO, ES DECIR, PARA QUE BUSQUE A SU YO DESPIERTO Y SE DESCUBRA INFINITO, INSUBS­TANCIAL, UN REFLEJO DEL ESPÍRITU ETERNO. Porque sólo el virya despierto puede intentar con éxito la reversión del Espíritu-esfera revertido, operación que si se efectúa DESDE el microcosmos le puede transmutar, a su vez, en Siddha inmortal, con su cuerpo de puro VRAJA, indestructible en el plano físico. Esta maravillosa operación, objeto de la ini­ciación Hiperbórea, no obstante estar este libro dirigido a los viryas perdidos, será descripta teóricamente más adelante para que estimule y fundamente el anhelo de liberación espiritual de todo virya.

Aunque el Yo perdido es una hipóstasis del Yo Infinito, y se encuentra permanentemente confundido con el sujeto consciente, no es infrecuente UNA INTUICIÓN TRASCENDEN­TAL DEL INFINITO pues, a despecho del objetivo de la clave genética, con el encadenamien­to espiritual el infinito ha venido a instalarse en el interior del microcosmos. Pero tal intuición, que proviene del Espíritu, es decir de lo eterno, se presenta en la esfera de luz como mera fan­tasía y acaba siendo racionalizada por la flexión apercibida del sujeto conciente-Yo perdido (ver inciso "Func. de la Esf. de Conc.", art. "G", Segundo). Ello ocurre porque el Yo, QUE ES ESENCIALMENTE ATEMPORAL, ES DECIR, NO SUCESIVO Y MUCHO MENOS HISTÓRICO, se encuentra sumido en el sujeto histórico consciente, conformando con este la persona del virya perdido; en esa hipóstasis el Yo pierde el poder abarcador de la eternidad y se ciñe al presente inmanente, volcando en esa franja dialéctica del tiempo sus propias intui­ciones metafísicas; mas, la intuición del infinito no puede ser un "símbolo sagrado" pues no participa de ningún Arquetipo universal: de allí la imposibilidad de la razón para interpretarla y la solución, incomprensible, del "infinito potencial" a la que siempre arriba.
En el virya perdido la reducción de la intuición del infinito da lugar al CONCEPTO del infinito potencial, es decir, a una tajada sémica de una Relación de la estructura cultural. El procedimiento es el siguiente: la razón establece una Relación entre Principios unitarios; tal Relación puede ser posteriormente equiparada, por operaciones sistemáticas del sujeto cultural, a cualquier objeto cultural o ideal extenso; pues bien: en dicha Relación existen conceptos, es decir, significados contextuales en ciertos lenguajes habituales, por ejemplo, idiomático, alge­braico, geométrico, lógico, etc., que proponen LA POSIBILIDAD DE DIVIDIR INTERMI­NABLEMENTE LA EXTENSIÓN O AUMENTARLA INDEFINIDAMENTE AGREGAN­DO SIEMPRE UNA NUEVA UNIDAD. Por supuesto que esta indefinición racional es sólo un significado proposicional y nada tiene que ver con el infinito actual, real, del Yo Infinito: la falta de fin de toda suma o división interminable sólo demuestra la imposibilidad del sujeto para superar la duración que insumiría REALMENTE tal operación interminable; (descontando los "limites" del cálculo infinitesimal que sólo son supuestos, jamás alcanzados efectivamente por una operación continua). Naturalmente, este infinito sistemático e inalcan­zable no puede ser mas que "potencial" puesto que consiste en la "posibilidad", encerrada en el concepto, de no alcanzar nunca el fin. A partir de aquí, todos los viryas perdidos que han inten­tado superar al infinito potencial, buscando el transfinito, han acabado en la frustración o en la locura debido a su desconocimiento de los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea; nuestra ciencia, en efecto, enseña el camino hacia el infinito actual, el cual no es, ni puede ser, un mero concepto sino la más elevada vivencia espiritual: el infinito actual es incomprensible, vale decir, es inabarcable por la razón; sólo puede ser vivenciado por el Yo despierto, su pro­pia esencia.

En síntesis, el virya perdido debe convencerse de que es imposible alcanzar el infinito ac­tual partiendo del concepto de infinito potencial: el infinito actual no es algo a lo que se va a llegar el término de una operación, a la que paradójicamente se considera "interminable" o po­tencial, un llegar a ser, una posibilidad; eso es como atribuir un carácter evolutivo o sucesivo al infinito, como creer que se trata de un acontecimiento futuro hacia el que se progresa, UN FIN EN EL SIN FIN, UNA "FINALIDAD" EN EL SENTIDO TELEOLÓGICO QUE EL DEMIURGO HA DETERMINADO PARA TODOS LOS ENTES; vale decir, el infinito po­tencial, posible, es, contra todos los intentos por disimularlo, solo un infinito futuro, proyecta­do en el tiempo, un infinito irreal. Pero en el futuro de todo tiempo no esta el infinito sino el Pralaya, el fin de un ciclo y el comienzo de otro. El error proviene de pensar el infinito con un Yo perdido, contaminado de tiempo inmanente, permitiendo así que la razón interprete y pro­ponga su concepto, es decir, que la razón CONCIBA lo que es esencialmente INCONCEBI­BLE. Porque al infinito actual no se llega ya que siempre es: es real en todo momento porque es perfecto fuera del Tiempo; el está siempre presente, desde su eternidad, en el Yo puro del virya, sobre el Símbolo del Origen, en la pureza de la sangre. Hasta el hay que llegar, mas este "llegar" no es temporal ni espacial sino ESTRATÉGICO o, si se quiere, GNÓSTICO: a esto se refiere la Sabiduría Hiperbórea cuando habla de "llegar al Vril", "llegar al infinito", "llegar al Yo despierto", etc.; no a un tránsito espaciotemporal sino a un SALTO ESTRATÉGICO HACIA EL SÍMBOLO DEL ORIGEN, acto que se denomina "PURIFICACIÓN SANGUÍ­NEA" y ya es principal objetivo de la iniciación hiperbórea. En el "llegar" estratégico no inte­resa CRONOS, el tiempo, sino KAIROS, la oportunidad de atacar al enemigo y ganar la eter­nidad: porque kairos es a la vez momento y eternidad, el momento en el que el guerrero muere y gana la eternidad del Valhala, por eso kairos sólo puede consistir en un punto de apoyo desde el cual se atraviesa el espacio y el tiempo HACIA la eternidad: SÓLO UN YO PERDIDO QUE ACTÚA EN EL KAIROS JUSTO PUEDE "LLEGAR" AL INFINITO ACTUAL, AL YO INFINITO.
A esta altura es conveniente releer el párrafo siguiente, tomado de nuestra obra de divul­gación "La Extraña Aventura del Dr. Arturo Siegnagel":

"Hay un sentido hiperbóreo común en los hechos que protagonizan los viryas de nuestra historia, pero este sentido, esta intención, esta tendencia a la mutación, NO ES UNA CATE­GORÍA LÓGICA SINO ESTRATÉGICA. No puede aprehenderse con la razón pues no es racional; pero tampoco es irracional. Hay aquí otra paradoja, lo que es JUSTO Y NECESA­RIO, ya veremos enseguida porque.

"Una Estrategia es un MEDIO, o la planificación de los medios, para obtener un FIN. En la guerra, la Estrategia es el conjunto total de medidas que deben disponerse para obtener el éxito, o sea "imponer nuestra voluntad al enemigo". Para los viryas hiperbóreos es CLARO Y PATENTE que existe una guerra cósmica y que todos estamos comprometidos en ella. La CONFUSIÓN DE SANGRE que padecen los viryas perdidos es también una ACCIÓN DE GUERRA, una ACCIÓN TÁCTICA SATÁNICA, para impedir el DESPERTAR, el RE­GRESO AL ORIGEN y la LIBERACIÓN DEL GRAN ENGAÑO. Por eso decimos que TODA ACCIÓN DE LOS VIRYAS HIPERBÓREOS ES UNA CATEGORÍA ESTRATÉ­GICA y que, en tanto no se posea una clara visión de las Estrategias en juego, no es posible INTERPRETAR tales acciones.

"Cuando un pueblo se encuentra colectivamente identificado con una filosofía o religión, llegando hasta el extremo de regular la vida diaria de acuerdo a normas, preceptos o leyes emanados de tal filosofía o religión, decimos que las mismas constituyen un "modo de vida" para quienes la practican. Así decimos "el budismo es un modo de vida" o "rigen su vida por el Decálogo de Moisés" o "los neoplatónicos vivían de acuerdo a la filosofía estoica" etc. De ma­nera análoga puede considerarse que LA ESTRATEGIA ES EL MODO DE VIDA DEL VIRYA HIPERBÓREO.

"Y si, cuando vemos un monje mendicante de la India meditar durante largas horas y cu­mplir todos los ritos budistas, decimos "vive todos los minutos de su vida de acuerdo a su re­ligión y ella está siempre presente en él"; también, análogamente, debemos decir "el virya hi­perbóreo vive todos los minutos de su vida de acuerdo a la Estrategia Hiperbórea y ella está siempre presente en él indicándole el sendero del retorno".
"Para tornar más claras estas afirmaciones consideremos brevemente los hipotéticos pasos que seguiría un virya perdido para hallar el sendero del retorno. Se hará así evidente que tales pasos no son otra cosa que MOVIMIENTOS TÁCTICOS, es decir, categorías estratégicas:

"II - Inicialmente el virya se encuentra PERDIDO. Contribuye a perpetuar ese estado la Estrategia Satánica cuya táctica principal se basa en la CONFUSIÓN; en crear confusión o aumentar la existente.

"Debe tenerse presente aquí la siguiente regla: PARA LA SINARQUÍA "LA CULTURA" ES UN ARMA ESTRATÉGICA.

"El virya busca ORIENTARSE y para ello se pone en ALERTA. Esta es la primera cate­goría estratégica incorporada a la vida corriente. El permanente estado de ALERTA le condu­cirá finalmente a dudar de la realidad, de su apariencia sensible y a desconfiar de la razón y de lo racional, que se revelarán como cómplices del Gran Engaño. En esas condiciones es posible DESPERTAR, convertirse en VIRYA DESPIERTO, mediante la experimentación de una NOSTALGIA por OTRO MUNDO.

"Ese mundo primordial que se intuye, y que atrae con la fuerza del retorno, es la patria del espíritu y su RECUERDO ESTÁ CONTENIDO EN LA SANGRE. Había sido OLVI­DADO y ese olvido ocasionó la pérdida de orientación, la confusión, y lo transformó en VIRYA PERDIDO. Pero al experimentar la Minne, el recuerdo de sangre, se abrirán otros ojos que nunca duermen, distintos a los ojos físicos que sólo ven la ilusión y se asumirá un PER­MANENTE ESTADO DE ALERTA, necesario para no ceder a la Estrategia enemiga y caer en una nueva y mayor confusión.

"Si esto ocurriese el virya es ya un SUJETO ESTRATÉGICO del cual puede decirse: "todos sus movimientos apuntan a un único fin"; "nada puede apartarse de su ruta", "su valor e intrepidez no conocen limites"; en fin, "es un VIRYA DESPIERTO".

"El virya despierto irá implacablemente al combate contra los ELEMENTALWESEN sin EVALUAR EL RESULTADO PROBABLE DE SU LUCHA, es decir, SIN PROYECTARSE EN EL TIEMPO. Sólo le interesara la acción en sí, en la medida que ésta contribuya a exaltar su virtud heroica o mística hasta un grado tal que todo retorno a la vida corriente, al Gran En­gaño, se haga insoportable. Ese límite humano que sólo puede ser alcanzado cuando se ha des­pojado la mente de todo dogma, de toda moral, de todo deseo material, de todo lazo con el mundo, esa cumbre primordial a la que sólo puede treparse en el fragor del combate, esa altura espiritual inaccesible para quien posea una pizca de materialidad evolutiva, de dualidad, o de oposición a la dualidad, ese punto de NO RETORNO a que aluden estas sentencias y muchas otras es, con toda precisión, producto de la SANGRE PURA.

"Pero cuando se habla de IMPUREZA SANGUÍNEA jamás debe confundirse este concep­to con el de IMPUREZA RACIAL, en el sentido de mezcla de razas, mestizaje o bastardiza­ción. Es cierto que el mestizaje étnico ocasiona una CONFUSIÓN GENÉTICA y que ésta in­crementa la CONFUSIÓN ESTRATÉGICA del virya, pero se trata tan sólo de una parte del problema y, diríamos, la menor, La IMPUREZA SANGUÍNEA es un concepto esotérico de la Sabiduría Hiperbórea que se refiere al CONTENIDO GNÓSTICO de la sangre y, desde luego, a OTRA SANGRE, distinta del mero plasma linfático o de la hemoglobina. Debemos tener presente, entonces, que la PUREZA RACIAL es un factor favorable pero que este por sí mismo nada asegura en cuanto a la PUREZA SANGUÍNEA. Y de nada vale, por ejemplo un pueblo racialmente puro como el CELTA si está totalmente dominado por la Estrategia Sinár­quica.

"Por eso cuando el virya despierto decide ir al combate para PURIFICAR SU SANGRE esta actitud, por sí sola, lo independiza de su grado de mestizaje étnico y genético.
"Diferente es el caso de la mutación colectiva, adonde si es importante el factor racial pues una COMUNIDAD DE SANGRE puede ser guiada CARISMÁTICAMENTE por un líder o Führer. De este caso se trata ampliamente EN NUESTRA OBRA "TRATADO DE ESTRA­TEGIA PSICOSOCIAL DE LAS S.S."

"Los viryas despiertos se hallan vinculados carismáticamente entre sí, debido a su origen común, por un lado sincronístico que llamamos ÁUREA CATENA o CORDÓN DORADO. Es un vínculo NO FÍSICO inaprensible para la razón, por lo que desistimos momentáneamente de explicarlo, aunque más adelante volveremos a hablar de él. Por ahora diremos solamente que al virya despierto, aquél que ha SENTIDO la Minne y remonta la ÁUREA CATENA ha­cia el origen, posee INCIPIENTEMENTE una condición que lo COLOCA MAS ALLA de cualquier calificación racial o encasillamiento social. No decimos que esta condición lo vuelve SUPERIOR sino que lo COLOCA FUERA de todo patrón de medida. Esta condición se de­nomina LINAJE HIPERBÓREO y remite a un concepto de RAZA DEL ESPÍRITU totalmente desconocido para el común de la gente a causa de la feroz ocultación de que ha sido objeto. (Hablar de una "Raza del Espíritu" es tocar uno de los mas terribles Misterios cual es el que se refiere a la llegada al Sistema Solar de los Siddhas Hiperbóreos y de la TRAICIÓN cósmica perpetrada por una parte de ellos. Volveremos sobre esta historia). Decíamos que la condición de poseer linaje hiperbóreo los viryas despiertos la poseen INCIPIENTEMENTE. ¿Que que­remos decir con linaje hiperbóreo incipiente? Veamos primero una interpretación VULGAR de la frase "linaje incipiente", antes de responder de acuerdo a la Sabiduría Hiperbórea:

"La palabra "linaje" se refiere al ascendente familiar, o sea los vínculos de sangre, y éstos se poseen o no, sin alternativa. Por otra parte "incipiente" significa "que empieza" de modo que si decimos "Pedro, de la familia Pérez, tiene un linaje incipiente" queremos significar "Pedro EMPIEZA a tener linaje de los Pérez" lo que sólo puede referirse a alguna CARAC­TERÍSTICA de los Pérez que los distingue y que se DESTACA nítidamente en los miembros de la estirpe, es decir un PERFIL FAMILIAR HEREDITARIO que COMIENZA a manifes­tarse en Pedro o que Pedro representa incipientemente.

"Por lo tanto hablar de LINAJE de una persona no consiste en aludir al mero hecho de pertenecer a tal o cual familia, sino que implica todo un universo de razas, cualidades y estilos que tienden a conformar un TYPO familiar bien definido. Opina JAIME DE MAHIEU al res­pecto: "La existencia de tal TYPO no puede negarse en los linajes homogéneos. El mismo len­guaje corriente lo admite cuando recurre a la expresión "aire de familia". La historia conoce linajes de artesanos, campesinos, industriales, artistas, estadistas, jefes de guerra, etc. EL LI­NAJE ES, POR LO TANTO, UN CONJUNTO BIOPSÍQUICO HEREDITARIO DIFE­RENCIADO[1]

"RESULTA pueril destacar estos conceptos que hasta pocos siglos atrás eran unánime­mente conocidos, pero a los que la bolchevización universal comenzada con la Revolución Francesa ha suprimido de la "cultura occidental". (Para la Sinarquía "la cultura" es un arma estratégica"). Sin embargo todavía es posible observar que en aquellos dominios no masifica­dos de la actividad humana, es decir donde es imprescindible contar con
alguna habilidad AR­TESANAL, continúan imponiéndose las leyes del linaje. "En el orden humano, -dice Jaime de Mahieu- es bien conocido, aunque puesto en duda por los negadores de la herencia de los ca­racteres adquiridos, que varias generaciones son necesarias para formar un buen obrero en ciertos oficios difíciles, la cristalería por ejemplo. Tenemos mas confianza, a este respecto, en el testimonio y, sobre todo, en la práctica de los industriales que afirman la realidad del fenó­meno, que en las aserciones de los teóricos cientificistas. Además ¿no se contradecían a sí mismos esos transformistas del siglo pasado que, mientras negaban la herencia de los hábitos, fundaban su teoría de la evolución de las especies en una modificación paulatina de las gene­raciones bajo el efecto del medio, modificación ésta que no podía efectuarse sino merced a la transmisión hereditaria de los progresos realizados?".

"Sabemos ahora que un linaje puede ser incipiente EN UN INDIVIDUO si éste repre­senta débilmente las características del TYPO familiar. Es un concepto que incluye la idea de DESARROLLO o EVOLUCIÓN: hay un TYPO y un sendero, la diferenciación biológica ha­cia el TYPO. Es decir un SER y un LLEGAR A SER. Por eso la REALIZACIÓN DE LA TENDENCIA familiar es la mejor adaptación de un miembro a la figura del "tipo" o al "Arquetipo" metafísico que lo soporta y del cual (el tipo) es su expresión visible. 

"Vamos a responder ahora la pregunta sobre el incipiente linaje hiperbóreo que posee un virya despierto empleando conceptos de la Sabiduría Hiperbóreo. El linaje hiperbóreo no reconoce TYPOS. Sin embargo, análogamente al caso del linaje familiar, existe una TEN­DENCIA en el virya que lo impulsa hacia una REALIZACIÓN. Esta TENDENCIA emerge de la sangre pura, de la Minne, y la REALIZACIÓN hacia la que apunta se obtiene por un cami­no inverso, marchando para atrás, buscando el origen hiperbóreo del Espíritu. No hay aquí, como en el caso de Pedro Pérez, un llegar a ser algo determinado, la conformación de un TYPO; por el contrario, en el camino inverso, ocurre la DISOLUCIÓN DE TODO TYPO culminando el proceso en una súbita INDETERMINACIÓN ONTOLÓGICA. Marchando por el sendero inverso del retorno se accede FINALMENTE a un estado INCREADO que sólo puede calificarse como de POSIBILIDAD PURA. Es la REALIZACIÓN DE LA TENDEN­CIA hiperbórea (Minne) de la sangre pura que se llama Espíritu o Vril. Esta REALIZACIÓN implica la MUTACIÓN definitiva del virya despierto en Siddha inmortal y su LIBERACIÓN del orden material que rige la creación. El espíritu o Vril es INDESCRIPTIBLE y es prudente referirse a él como POSIBILIDAD PURA. Sin embargo el único concepto de EXISTENCIA que posee la Sabiduría Hiperbórea corresponde al Vril. Es decir que nada espiritual tiene existencia fuera del Vril y que todos los estados psíquicos intermedios deben ser reputados como ilusorios. Nada existe fuera del Vril porque obtener el Vril es ESTAR FUERA DE TODO. Y "TODO" es el Universo del Uno, del Demiurgo ordenador de la materia cuya exis­tencia TODO lo impregna y cuya voluntad SOPORTA las cosas del mundo concreto.

"Por estas razones, para la Sabiduría Hiperbórea el PASÚ no existe pues su ALMA es una proyección de la mónada hipostática que el Demiurgo PENSÓ y EMANÓ. La evolución sólo brinda un desarrollo ilusorio DEL SUJETO CONSCIENTE que jamás puede sobrepasar a su propio Arquetipo o la ultima mónada. El alma del pasú puede aparecer como "muy evolucio­nada" y hasta "grande", o "muy santa", pero es pura ilusión; su "existencia" está sujeta a los Grandes Ciclos Cósmicos y tiene fatal disolución en el PRALAYA o MAHAPRALAYA. Al culminar uno de estos Grandes Ciclos de manifestación evolutiva de la materia o MANVAN­TARA se produce la FAGOCITACIÓN de todo lo "creado" por parte del Gran Engañador y significa el fin de todos los Maestros, Gurúes, Choans, Rishis, etc.

"Todo virya debe tener siempre presente la siguiente regla estratégica: "NO HAY AL­TERNATIVA POSIBLE DE EXISTENCIA FUERA DE LA CONQUISTA DEL VRIL". Es decir no hay OTRA alternativa para existir, aparte de la mutación".

A pesar de que el Yo perdido es sólo una hipóstasis del Yo Infinito, y que el infinito actual sólo llega a él como intuición metafísica, su presencia se hace sentir con tal intensidad que generalmente determina la persona del virya. En la personalidad del virya se transmuta así una característica que depende directamente del infinito, de cuán cerca esté su persona del Yo despierto, es decir, de su pureza de sangre. A esta característica se la denomina: "CONCIENCIA DE LA TERMINACIÓN DEL ENTE" y puede formularse así: A MAYOR CONCIENCIA DE LA TERMINACIÓN DEL ENTE MAS DEPENDENCIA AL DESIG­NIO, ES DECIR, MENOR PUREZA SANGUÍNEA: MAYOR DISTANCIA ESTRATÉGI­CA ENTRE EL YO PERDIDO Y EL YO DESPIERTO. E, inversamente: A MAYOR CONCIENCIA DE LA INCOMPLETUD DEL ENTE MENOR DEPENDENCIA AL DESIGNIO DEMIURGICO, ES DECIR, MAYOR PUREZA SANGUINEA: MENOR DISTANCIA ESTRATEGICA ENTRE EL YO PERDIDO Y EL YO DESPIERTO. Por ejemplo, el pasú se diferencia claramente del virya perdido por dicha característica: mientras al pasú el ente se le aparece siempre terminado, completo en su finitud, al virya el ente le parece siempre incompleto, mera apariencia que oculta al ser o realidad imperfecta; mientras al pasú, a medida que el sujeto consciente evoluciona, el ente le parece cada vez más perfecto, en virtud de una mayor conciencia de la representación de su esquema, es decir, de su verdad, AL VIRYA, a medida que aumenta su pureza sanguínea, EL ENTE LE RESULTA CADA VEZ MÁS SOSPECHOSO.

Surge de este hecho la curiosa consecuencia de que una gran inteligencia racional, es decir, una gran capacidad para interpretar la verdad del ente en numerosos lenguajes contextua­les, no es indicadora en modo alguno de una "mayor espiritualidad" sino que, por el contrario, ella indica una gran determinación del sujeto anímico evolutivo sobre el Yo perdido; a menos, claro, que tal racionalidad sea sólo una propiedad estructural independiente del Yo, por la pu­reza de sangre: el virya, en ese caso, continuará encontrando tanto más sospechosos a los entes cuantos más conceptos de los mismos le revele la facultad traductiva del sujeto cultural.

El virya despierto, por otra parte, no sólo es capaz de aprehender al infinito actual sino también de APLICARLO para sus fines estratégicos: en ello consiste, por ejemplo, la FUN­CIÓN CERCO, que será expuesta más adelante, la cual permite aplicar en todo ESPACIO DE SIGNIFICACIÓN MACROCÓSMICA un CERCO INFINITO, es decir, UN CERCO SO­BRE EL CUAL SE HA PROYECTADO EL POLO INFINITO; se obtiene así una PLAZA, un área liberada en el macrocosmos fuera del control del Demiurgo, dentro de la cual se sitúa el virya despierto, microcosmos potencial, para desplazarse estratégicamente hacia el Valhala.

H - Estudio analógico del encadenamiento espiritual.

H - Estudio analógico del encadenamiento espiritual.

La clave genética ha trasmutado al pasú en virya y le ha dotado de una herencia divina: el Símbolo del Origen en la memoria de la sangre. Mas, por el Símbolo del Origen, el Espíritu resulta encadenado a la evolución del pasú, ahora virya perdido: lo que para el espíritu constituye un supremo mal para el pasú representa el más grande bien. Se trata, desde luego, de un Mis­terio terrible, al que hay que aproximarse con mucha prudencia y valor. Un modo de aproxi­mación que puede resultar altamente sugestivo consiste en emplear el Modelo de la Esfera, que vimos en los primeros incisos, y vincularlo al esquema analógico del pasú: tendremos así la posibilidad de representar gráficamente al virya perdido en un sistema que guarda rigurosas correspondencias conceptuales con el Misterio del espíritu encadenado.

El cuerpo del pasú es un microcosmos potencial, sucesivo en el tiempo trascendente; por lo tanto su transcurrir ocurre dentro del macrocosmos, donde la potencia formativa del plano arquetípico sostiene su evolución. Esta situación se ha representado en la figura 27; compárese con las figuras 9, 11 y 11b.

Supongamos ahora que al pasú de la figura 27 se le ha incorporado el Símbolo del Ori­gen por causa de la clave genética ¿Cuál es el efecto? Respuesta: Recordemos que las miradas del Espíritu-esfera revertido (ver figuras 5 y 6) atraviesan todo el espacio cósmico, es decir, "el mundo de los entes finitos", para encontrarse en el polo infinito (ver figura 7 y 8) donde se realiza la síntesis del Yo infinito.



Esta situación habría de permanecer inalterable para el Yo infinito puesto que el Espíritu-esfera es ETERNO y, por lo tanto, NO SUCESIVO en el tiem­po trascendente. Sin embargo, al sobrevenir el Pralaya, cuando El Uno concluya su Día de Manifestación y se disuelva el orden material, entonces el Espíritu-esfera podrá reorientarse puesto que entre el y su Yo infinito ya no se interpondrá el mundo de los entes finitos. Mas, hasta tanto ese día no llegue, el Espíritu-esfera habrá de permanecer en la desorientación abso­luta.

Pero, he aquí que los Siddhas Traidores introducen en el macrocosmos el Símbolo in­creado del Origen y algunas de las infinitas miradas se reflejan en él procurando orientarse hacia el Origen. De ese modo, en el Símbolo del Origen se sintetiza un Yo que participa del Yo Infinito. Hasta aquí la respuesta a la pregunta anterior.

En la figura 28 se muestra la intersección del pasú con un polo infinito expandido del Yo infinito, por efecto de la clave genética. Se comprueba así que el virya participa en alguna medida del Yo infinito.

Para estudiar con más detalle tal participación conviene observar la figura 29, en la cual se ha representado solamente el Espíritu-esfera y la estructura psíquica del pasú; no hay que olvidar, por supuesto, que esta situación acontece en el ámbito del macrocosmos.

Vemos allí que la esfera de luz se ha señalado con un trazo más grueso (comparar con la figura 22) y que en su interior, sobre una LÍNEA CÓNCAVA AB, se reflejan algunas mira­das del Espíritu-esfera. Analógicamente, la línea AB corresponde al perfil del Símbolo del Origen: es CÓNCAVA porque "LA ORIENTACIÓN DE LA GNOSIS ESPIRITUAL ESTA SIGNADA POR LO CÓNCAVO", según se explicó en el inciso "El Espíritu-esfera Normal". Pues bien, SOBRE la línea AB se manifiesta el Espíritu como el Yo del virya, un Yo que tien­de espontáneamente a confundirse con el sujeto consciente debido a que el Símbolo del Origen AB se sitúa siempre en la esfera de luz por determinación de la clave genética.





sábado, 28 de marzo de 2020

G - Localización del Yo en el virya.

G - Localización del Yo en el virya.

El plan de los Siddhas Traidores tenia como objetivo desarrollar la esfera de concien­cia del pasú; para ello, en una primera fase, plasman el Símbolo del Origen en la memoria de la sangre; la segunda fase se cumple automáticamente cuando el Espíritu revertido se refleja, sin saberlo, en el Símbolo del Origen y ocasiona un Yo. Evidentemente es el Yo el responsable del desarrollo de la esfera de conciencia, es decir, de cumplimiento del objetivo del plan, y ello no podría hacerse de otra manera que por intermedio del sujeto consciente, que es quien anima la esfera de conciencia: el asiento del Yo, su residencia natural, no ha de ser otro, pues, que el sujeto consciente. Mas, para que así ocurra, el Símbolo del Origen debería estar permanente­mente SOBRE el sujeto consciente. Cabe preguntar ¿como podría ocurrir eso sin que el sujeto consciente advierta objetivamente y racionalice al Símbolo del Origen? Respuesta: El Símbolo del Origen es un ENTE INCREADO, es decir, NO CREADO POR EL DEMIURGO, QUE ES QUIEN CREÓ TODOS LOS ENTES; por lo tanto, NO EXISTE NINGÚN ARQUETIPO UNIVERSAL QUE CORRESPONDA CON EL MISMO en el plano arquetípico del macro­cosmos y, en consecuencia, TAMPOCO EXISTE SU COPIA INVERTIDA EN LA MEMO­RIA ARQUETÍPICA DEL MICROCOSMOS: la razón es, al fin, incapaz de interpretar al Símbolo del Origen porque el cerebro no dispone de elementos arquetípicos con que racionali­zarlo. Quiere decir que el Símbolo del Origen NO EXISTE para el sujeto racional ni para el sujeto cultural porque ellos NO PUEDEN RELACIONARLO CON SUS RESPECTIVAS ESTRUCTURAS. Sólo el sujeto consciente del virya, quien está en contacto permanente con el Símbolo del Origen, podría APERCIBIRLO en el trasfondo noológico del YO: PERO TAL APERCERCIÓN NO SERÁ JAMAS RACIONAL PORQUE CARECE DE SIGNIFICADO, PORQUE NO PROCEDE DE LA ESTRUCTURA CULTURAL SINO DE LA SANGRE.
Sabemos que el significado es el fundamento del pensamiento: toda representación consciente, toda imagen, aún las fantasías apercibidas, se fundan en el significado racional propuesto por el sujeto cultural en un lenguaje horizontal. Pero ¿cómo se apercibe el Símbolo del Origen, que carece de significado racional? Respuesta: si el sujeto consciente llegase a apercibir el Símbolo del Origen, COMO UN PENSAMIENTO, sólo tomaría conciencia del Yo como objeto: OCURRE ASÍ PORQUE EL CONTENIDO DEL SÍMBOLO DEL ORI­GEN ES EL YO. En ese caso el sujeto consciente se disociaría del Yo, y en una suerte de superreflexión, lograría apercibir al Yo objetivamente, es decir, el alma tomaría cuenta del Espíritu.
Pero, desde el punto de vista de la Sabiduría Hiperbórea, no interesa tanto lo que expe­rimenta el sujeto consciente, el alma, al apercibir el Símbolo del Origen, sino lo que siente el Yo en un caso semejante: SI EL YO LOGRASE APERCIBIR EL SÍMBOLO DEL ORIGEN EN EL CUAL SE REFLEJA Y DEL CUAL PROCEDE, SI CONSIGUIESE TAN SOLO INTUIRLO, SABRÍA EN EL ACTO QUE "NO ES DE AQUÍ" E INTENTARÍA ORIEN­TARSE HACIA EL ORIGEN, REMONTANDO LA MEMORIA CONTENIDA EN LA SANGRE, CAUSAR ESTA APERCEPCION DEL YO ES EL OBJETIVO DEL "CANTO DE A-MOR DE LOS SIDDHAS"; ESTRATEGIA DE LOS SIDDHAS DE AGARTHA QUE SE ESTUDIARÁ EN EL PRÓXIMO INCISO.
Es importante destacar que la intuición del Símbolo del Origen por parte del Yo, ese despertar, esa chispa de luz que despide al Espíritu, afecta al sujeto consciente con la sensa­ción de una nostalgia infinita, un "como recuerdo de otro mundo", una reminiscencia de felici­dad perdida, edén, paraíso, cielos conocidos y olvidados, divinidades y terrores insospechados hasta entonces y que anonadan al alma. Por eso la reacción anímica es típica, intentando obs­truir el recuerdo de sangre del Yo, degradando por todos los medios racionales a su disposición la intuición divina del Origen. Y el Yo, SIEMPRE, tendrá que luchar con el alma, con esa ex­presión del Demiurgo, antes de acceder al Origen e intentar revertir, volver a la normalidad, al Espíritu-esfera revertido, al Espíritu Hiperbóreo QUE ES ÉL MISMO.



F - Técnica de la clave genética.

F - Técnica de la clave genética.

En pocas palabras vamos a describir la técnica empleada en la clave genética. Ella se basa en el maithuna entre un miembro de la especie humana, del cual van a descender pueblos y naciones, con un Siddha Traidor encarnado en un cuerpo actualizado del Arquetipo Manú. PERO EN ESE CUERPO, SI BIEN EL TÉRMINO UNIVERSAL CORRESPONDE AL ARQUETIPO MANÚ, EL TÉRMINO PARTICULAR NO PUEDE, CIERTAMENTE, CO­RRESPONDER AL DESIGNIO DEMIÚRGICO PORQUE EL DESIGNIO ES EL DESTI­NO MONÁDICO Y EN DICHO CUERPO NO EXISTE NINGUNA MÓNADA SINO UN SIDDHA TRAIDOR, ES DECIR, UN ESPÍRITU HIPERBÓREO. De ese modo, el Manú-Siddha Traidor, administra al pasú, durante el maithuna, el conocimiento de un designio mo­dificado EN EL CUAL EL SÍMBOLO DE LA AUTONOMÍA ÓNTICA HA SIDO SUSTI­TUÍDO COMO INDUCTOR DE SÍ MISMO POR EL SÍMBOLO INCREADO DEL ORI­GEN. Pero el símbolo de la autonomía óntica no ha sido eliminado sino sustituido, en su fun­ción de inducir el descubrimiento de sí mismo, por el Símbolo del Origen, pasando a revistar como mero complemento del Símbolo del Origen.
El motivo de tal sustitución obedece a la segunda fase del plan de los Siddhas Traido­res, es decir, el encadenamiento espiritual; porque aquí, en la sustitución del símbolo de la au­tonomía óntica por el Símbolo del Origen, SE APRECIA MEJOR QUE EN NINGÚN OTRO ACTO LA GENIALIDAD INFERNAL DE LOS SIDDHAS TRAIDORES: EN EFECTO, DESDE ENTONCES, EL VIRYA YA NO TENDRÍA "QUE DESCUBRIR", COMO EL PASÚ, EL SÍMBOLO DE LA AUTONOMÍA ÓNTICA PARA INICIAR LA FORMACIÓN DE LA ESFERA DE CONCIENCIA SINO QUE EL SÍMBOLO DEL ORIGEN "SERIA DESCUBIERTO" POR EL ESPÍRITU ESFERA REVERTIDO Y ÉL, SIN SABERLO, DE­SARROLLARÍA PODEROSAMENTE LA ESFERA DE CONCIENCIA. La iniciativa evolutiva seria, así, cedida el Espíritu encadenado, al Yo, en tanto que el alma, que le serviría de asiento, recibiría la evolución; y el hombre semidivino, el virya, habría de exhibir la perma­nente dualidad interior del alma y el Espíritu.
Retomando la descripción de la técnica empleada en el maithuna aclaremos lo expresa­do en F, sobre que los Siddhas Traidores al modificar el designio modificaban permanentemen­te el destino del hombre. Esta afirmación se debe al siguiente hecho: durante el maithuna, el designio del Manú-Siddha Traidor es irradiado sobre el microcosmos del pasú de tal manera que la sustitución del Símbolo del Origen queda plasmada, también, en la sangre del pasú, COMO CARÁCTER ADQUIRIDO. Así, el designio propio del pasú pasa a ser modificado definitivamente, a imitación del designio del Manú. En consecuencia, la técnica de la clave genética CAUSA UNA MUTACIÓN GENÉTICA EN EL PASÚ. Esto conviene entenderlo bien porque hay quien cree erróneamente que "de la copula de los Ángeles con las hijas de los hombres" surgieron los viryas, lo que es inexacto pues ya vimos que, durante el maithuna, se produce una mutación del pasú, mutación que es necesariamente hereditaria. El virya no es, entonces, el fruto híbrido del comercio carnal entre los "Ángeles" y los hombres, sino el des­cendiente de una Manú-Siddhas Traidor y DE UN PASÚ TRASMUTADO PREVIAMENTE EN VIRYA POR EFECTO DE LA MAGIA SEXUAL O TÉCNICA DE LA CLAVE GE­NÉTICA.
El virya recibe, pues, una doble herencia: divina por parte de su ancestro Hiperbóreo y mutante por parte del pasú Gran Antepasado. Sin embargo, como efecto del Kaly Yuga mu­chas comunicaciones de viryas han cometido el "pecado racial" de mezclar su sangre semidivi­na con la sangre del animal-hombre o pasú, introduciendo en su temperamento una fuerte ten­dencia animal, es decir, involutiva. Porque, hay que afirmarlo, ese valioso componente divino que puede convertir al hombre en un Dios o en un Demonio, el Símbolo del Origen, debe ser preservado por la sangre pura: tanto la técnica de la clave genética de los Siddhas Traidores, es decir, los planes de Chang Shambalá, como la Estrategia Hiperbórea de Retorno al Origen, de los Siddhas de Agartha, exigen el racismo como medio de conservar la herencia extraterrestre: solo los Sabios de Sion, los Jefes de la Raza Elegida del Demiurgo Jehová-Satanás, procuran por todos los medios degradar los linajes Hiperbóreos de la Tierra. Que es una Estrategia Hi­perbórea de los Siddhas Leales y porque los hebreos actúan se ese modo son interrogantes que se responderán con detalle en la Segunda Parte.
Finalmente, cabe agregar que el símbolo del Origen, al reflejar el Yo Infinito, señala el comienzo de la historia del microcosmos o conciencia: el esquema de si mismo se estructura, entonces, en torno al Símbolo del Origen. Pero, al emerger el Símbolo del Origen, lo hace transversalmente, transportado por el sujeto consciente que así se manifiesta por primera vez; y, como el Símbolo del Origen refleja al Yo Infinito y manifiesta un Yo EN el virya, se entien­de que desde un primer momento el sujeto consciente y el yo se encuentran identificados, con­fundidos profundamente. Mas la confusión entre lo anímico y lo espiritual es una condición necesaria en el Plan de los Siddhas Traidores, para que el Espíritu impulse la evolución del alma.



E - Los Siddhas Traidores modifican el designio humano.

E - Los Siddhas Traidores modifican el designio humano.

En todo ente existe una finalidad y una suprafinalidad: la primera es el término del Ar­quetipo universal y la segunda el término particular del designio demiúrgico. El microcosmos potencial del pasú, en tanto que ente, está también sostenido por un Arquetipo universal, Manú, el cual es incognoscible debido a los motivos expuestos en el inciso "Memoria Arque­típica y Razón". El término particular equivalente es el "designio humano" que hemos mencio­nado, al estudiar la formación de la esfera de conciencia, como "el descubrimiento de sí mismo". El tema del designio humano es un antiguo Misterio conocido como DESTINO DE LA MÓNADA HUMANA; así, el designio de un pasú particular, expresa el destino de su mó­nada, destino que ha sido concebido por el Demiurgo y, en cuyo Plan, existen muchos símbo­los complementarios del Arquetipo universal. En este "designio humano", en un punto de la serie formativa que integra su plan, está designado el momento preciso en que el pasú efectua­rá el descubrimiento de sí mismo y dará comienzo a su historia, es decir, a la esfera de con­ciencia. En ese momento, y en todos los casos subsiguientes en que experimente semejante percepción, ocurre una INTUICIÓN DE LA AUTONOMÍA ÓNTICA, la cual, naturalmente, es a menudo interpretada como mera diferenciación sujeto-objeto. La posibilidad de autonomía óntica causa una impresión altamente conmocionante que es interpretada por la razón como esquema del designio propio y traducida por el sujeto cultural como el símbolo cuya emergen­cia da lugar a la formación de la esfera de conciencia: EL SÍMBOLO DE LA AUTONOMÍA ÓNTICA ES EL PRIMERO EN EMERGER CON ENERGÍA TRANSVERSAL; PERO ESA EMERGENCIA PRIMORDIAL NO LA EFECTÚA "EN" EL TIEMPO TRASCENDENTE PUES EL SUJETO CONSCIENTE AÚN NO EXISTE, SINO QUE ES EL MISMO SUJETO QUIEN, POR CAUSA DE LA PRIMERA INTENCIÓN CONMOCIONADA, SE DIRIGE HACIA UNA ZONA SUPERIOR DE LA PSIQUE Y ALLÍ COLOCA AL SÍMBOLO COMO "CENTRO DE REFERENCIA A SÍ MISMO"; A PARTIR DE ESTE SÍMBOLO SE ESTRUCTURA LUEGO EL ESQUEMA DE SI MISMO O HISTORIA DEL MICROCOS­MOS.
Con estas aclaraciones queremos demostrar que el designio humano, como destino mo­nádico, es un Plan particular que se aplica SOBRE el Plan universal del Arquetipo EN el mi­crocosmos; por eso el esquema del designio humano, por ejemplo el obtenido de la práctica del maithuna, si bien no contiene el Plan completo del Arquetipo universal, tiene, en cambio, mu­chas referencias al mismo. Las estructuras físicas que inspira el Arquetipo universal, por otra parte, están como es sabido codificadas en los ácidos nucleicos del cromosoma humano; pero tales estructuras no son sino una ínfima parte del Plan en que consiste un Arquetipo Manú.
Ahora bien, la falla evolutiva del pasú, que motivo la intervención, acorde con el De­miurgo, de los Siddhas Traidores, radicaba en la escasa evolución de su esfera de conciencia; pero, según acabamos de ver, tal evolución depende en gran medida del descubrimiento de sí mismo, es decir, DE QUE EL DESIGNIO PROPIO REVELE EN ALGÚN MOMENTO LA POSIBILIDAD DE AUTONOMÍA ÓNTICA; entonces, es evidente que en esa fase del Plan ha de haberse producido la más importante intervención de los Siddhas Traidores. Y, en verdad así ha ocurrido. Los Siddhas traidores, ante la im­posibilidad de modificar de algún modo los Arquetipos universales, que están sostenidos direc­tamente por la Voluntad de El Uno, decidieron operar sobre el designio humano, modificando permanentemente el destino del hombre: por ese camino esperaban conseguir un rápido desa­rrollo de la esfera de conciencia del pasú, objetivo que definitivamente se cumplió.



D - La función de la sangre en la clave genética.

D - La función de la sangre en la clave genética.

La sangre, desde luego, interesa todas las estructuras del microcosmos porque su distri­bución conforma la contraparte física del cuerpo astral, es decir, del vehículo sutil del alma. El sujeto anímico evolutivo, aunque se manifieste en estructuras especificas, en realidad proviene de la sangre, de determinadas funciones que la sangre ejecuta en las distintas estructuras del microcosmos. Es por la sangre, por una sangre astral que la ciencia de occidente aun descono­ce, que el alma se manifiesta como sujeto en las estructuras psíquicas del pasú; y en esa san­gre, como herencia Hiperbórea de los Siddhas Traidores, se encuentra depositado el Símbolo del Origen. Tal como se expuso en el inciso "Traición y Encadenamiento Espiritual" la clave genética ha hecho posible que en la sangre se conserve el recuerdo del ente increado y que, por él, el pasú se transforma en virya, ENCADENANDO al sujeto consciente el Yo, vale decir, la manifestación del Espíritu Hiperbóreo. Pero debemos advertir aquí que será imposible para todo virya perdido COMPRENDER la clave genética sin una previa iniciación tántrica de la Sabiduría Hiperbórea; en la Segunda Parte, no obstante, daremos una idea de tal iniciación EN UNA DESCRIPCIÓN ANALÓGICA que tiene la virtud de echar bastante luz sobre la clave genética. También es posible hallar muchos comentarios sugestivos en la novela de divulga­ción "La extraña aventura del Dr. Arturo Siegnagel" y en los libros de Miguel Serrano. Empe­ro, si bien no conviene entrar en los incomprensibles detalles de la clave genética, es impres­cindible señalar en qué consiste su técnica: en el maithuna, vale decir, en el acto sexual entre el Manú y los miembros de la especie humana. El maithuna constituye para el pasú, aparte de la ejecución de su función procreativa, UN MODO DE CONOCIMIENTO SENSI­BLE: en efecto, durante el apareamiento el cónyuge es un ente externo que impresiona inten­samente la esfera sensorial y aporta a la razón el descubrimiento de un designio humano. El esquema de tal designio, obtenido por la vía del contacto sexual, posee su potencia activa refe­rida en gran medida hacia la esfera afectiva; esto es: todo pensamiento sobre este esquema producirá con­ceptos cuyas representaciones corresponden al caso (c) extremo, vale decir, repre­sentaciones que se orientaran hacia el corazón y jamás se harán conscientes; ésta es la razón por la que el pasú no es consciente, por ejemplo, de las fases formativas del microcosmos po­tencial, o hijo, procreado, a pesar de que sus símbolos se encuentran en el esquema del desig­nio conyugal. Pues bien, a pesar de que la intencionalidad afectiva predominante en la potencia activa se efectúe normalmente en las parejas pasú, cuando el maithuna es realizado por el Manú el caso es bastante diferente.