domingo, 15 de marzo de 2020

A - La herencia del virya.

A - La herencia del virya.

Recordemos uno de los primeros párrafos del inciso "Traición y encadenamiento espiri­tual": "...la traición de los Siddhas Traidores se consumó PARA SERVIR A UN FIN ESPE­CIFICO: EL ENCADENAMIENTO DE LOS ESPÍRITUS-ESFERA AL PLANO MATE­RIAL. Volvemos pues a plantear aquella pregunta con la cual presentamos el modelo analó­gico del Espíritu-esfera: ¿cómo se encadena a la materia, a lo efímero de la vida, a las varia­ciones de la naturaleza, a los ciclos de vida y muerte, cómo se encadena, repetimos, un Espíritu eterno a esa ilusión?". Ahora que conocemos, analógicamente, que es un Espíritu (y también un pasú), vamos a explicar como pudo ser encadenado a la materia. A continuación se alude a la "clave genética del sistema Kármico" como un método consciente en plasmar, en la sangre del pasú, "una imagen del origen del Espíritu Hiperbóreo": "Así se constituye en la memoria de sangre el "recuerdo del origen", el cual es una auténtica herencia perpetua del Manú-Siddha Traidor; y se plasma en la sangre y no en cualquier otra substancia porque la "fuerza plasma­dora" empleada es la pasión: pasión en el maithuna o, si se quiere, amor".
"La clave del sistema consiste, entonces, en plasmar una imagen del origen en la sangre del pasú con lo cual éste adquiere una herencia divina y pasa a ser virya. Sólo cabe reiterar que tal donación no tiene ningún carácter bondadoso sino que apunta al encadenamiento de los Espíritus revertidos. Puede considerarse, para mayor claridad, que la "plasmación del origen" es la primera parte de un plan en dos etapas, la segunda de las cuales seria el encadenamiento propiamente dicho. La creación de la Minne tendría así el único objeto de facilitar la liga del Espíritu con la materia...". De estos párrafos, que estamos citando de un inciso anterior, se desprende el aterrador hechos que los viryas descienden genéticamente de seres divinos, Dioses extraterrestres, PERO QUE NO SON AMADOS POR ELLOS. Por el contrario, sus ancestros divino no vacilan en someterlos al despiadado sistema evolutivo de las reencarnaciones Kármi­cas basado en el dolor, y el sufrimiento, en el aprendizaje por el método de premios y castigos, es decir, de acción y reacción. Pero la mayoría de los viryas ignoran que en su ser existe una dualidad esencial. Y quizás sea, en muchos casos, mejor que así suceda: de otro modo, de sa­ber DE QUIEN DESCIENDEN, seguramente enloquecerían sin remedio. Por un lado, como pasú, el virya es animal-hombre, vale decir, UN HIJO DEL DEMIURGO; por otra parte, como depositario de una imagen del origen en la memoria de la sangre, el virya es también di­vino, vale decir, UN HIJO DE LOS SIDDHAS (TRAIDORES) HIPERBÓREOS. Como hijo del Demiurgo, su finalidad es alcanzar la autonomía óntica, la entelequia humana, para admi­rar, con el máximo sentido posible, Su Obra; ésa es la verdadera finalidad del pasú, quien, en tanto, suele creer que existe para otra cosa; pero tal ilusión se desvanece invariablemente cuando "al final de un Gran día de Manifestación" sobreviene "la noche de Brahma", el mahapralaya en el que toda la creación material es fagocitada por la nada succionante de un Final que es igual al Principio; y en esa nada, naturalmente, acaba todo,  los pasúes o viryas junto con toda clase de manifestaciones monádicas. Esta finalidad fatal de la naturaleza huma­na no es, desde luego, demasiado atractiva. Mas, como hijo de los Siddhas Traidores, el virya tampoco consigue avizorar un futuro benigno: sus antepasados divinos le ocultan, valiéndose de toda suerte de artimañas, el hecho y el derecho de la descendencia; pero, si por algún motivo extra Kármico, el virya llegase a percibir en la memoria de la sangre el recuerdo del origen, si llegase a sospechar que "algo en él no es de aquí", entonces se enfrentaría al odio y al despre­cio más terribles por parte de sus "divinos" antepasados; pero ellos no tratarían de destruirlos sino que emplearían sus increíbles poderes para sumirlo en una intensa ilusión máyica, es de­cir, para hundirlo aun más en la confusión estratégica; por este lado, pues tampoco puede espe­rar otra cosa que la disolución final del Pralaya cósmico, toda vez que los Siddhas Traidores no están dispuestos a entablar NINGÚN TRATO PARTICULAR con los viryas, es decir, nin­guno que pueda apartarlos del Karma.
Ante panorama tan sombrío ¿qué salida le queda al virya, que esperanza, puede alentar, de escapar a los Planes demenciales del Demiurgo y los Siddhas Traidores? Respuesta: La li­beración del Espíritu Hiperbóreo. Esto es: la única posibilidad de escape consiste en que el virya remonte su recuerdo hiperbóreo hasta el origen y se transmute en Divino Hiperbóreo, DESENCADENANDO al Espíritu cautivo, vale decir, que PROCURE LA "NORMALIDAD" DEL ESPÍRITU ESFERA REVERTIDO. Para que tal posibilidad se concrete efectivamente es necesario que el virya actúe en el marco de una ESTRATEGIA HIPERBÓREA, cuestión que se estudiará en la Segunda Parte: allí se describirá la ACTITUD GRACIOSA LUCIFÉ­RICA que debe adoptar el virya como postura estratégica básica de liberación espiritual. En lo que resta de la Primera Parte nos ocuparemos de un importante tema que debe ser aclarado previamente: el encadenamiento espiritual.





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