lunes, 30 de marzo de 2020

I - El encadenamiento espiritual introduce el infinito en el microcosmos.

I - El encadenamiento espiritual introduce el infinito en el microcosmos.

El macrocosmos es un mundo de entes finitos y sucesivos. Ni en el plano arquetípico ni, aún, en la memoria arquetípica del microcosmos existe un Arquetipo infinito. Mucho menos aun hay algún designio que lo revele: el infinito, pues, es un conocimiento escencialmente vedado al pasú. Sin embargo, por la intervención de los Siddhas Traidores, el Signo del Origen ha venido a causar la manifestación del Espíritu-esfera en el microcosmos y la participación del Yo infinito en la evolución del pasú; en consecuencia ha ocurrido este incomprensible hecho: EL VIRYA ES UN ENTE FINITO QUE PARTICIPA DEL INFINITO.

Pero, siendo así ¿en qué lugar del microcosmos, en que estructura, en cual dimensión, dónde, en fin, hay que buscar ese infinito interior del virya? Respuesta: El infinito actual, real, completo, sólo puede estar en el Yo Infinito; por lo tanto, sólo puede ser hallado cuando el Yo del virya trasciende la finitud del sujeto consciente, del alma, del esquema de sí mismo, y se sabe ajeno a la evolución, un reflejo de la eternidad del Espíritu. Sólo entonces, luego de tal liberación, después de que el Gran Engaño ha quedado roto, es posible el tránsito impensable entre lo finito y lo infinito; sólo entonces es posible la reversión del Espíritu esfera revertido, la vuelta a su normalidad.



Para aclarar esta respuesta hemos de distinguir exactamente entre "el yo perdido" (o "dormido") y "el Yo despierto" que constituyen los dos modos de actuar del Yo del virya. De ellos sólo el Yo despierto es capaz de acceder gnósticamente al infinito de su propia esencia COMO CULMINACIÓN DE UNA ESTRATEGIA HIPERBÓREA. El otro, el Yo perdido, jamás se sabrá infinito porque se halla temporalizado, identificado con el sujeto consciente; primero debe liberarse, despertar del Engaño, antes de concebir siquiera la trascendencia es­piritual, la mutación de virya en Siddha. Por eso la Sabiduría Hiperbórea califica a los viryas como "perdidos" o "despiertos", atendiendo a la calidad de su Yo empírico.

El Yo Infinito es INSUBSTANCIAL, síntesis polar del Espíritu. El símbolo del Origen, por otra parte, es SUBSTANCIAL como toda terminación psíquica: es un elemento sémico de substancia energética. Pero el Yo Infinito, al reflejarse en el Símbolo del Origen, genera el Yo del virya que puede ser substancial o insubstancial de acuerdo a su condición de "perdido" o "despierto".

La clave genética de los Siddhas Traidores apunta a producir, en el pasú, un Yo lo más substancial posible, es decir, una hipóstasis del Yo infinito: de ese modo queda atenuada su infinitud. Se obtiene así un Yo perdido cuya total actividad puede ser aprovechada para impul­sar la evolución del alma. El Yo perdido surge en el seno del sujeto consciente, confundido con éste, como una hipóstasis del Yo Infinito denominada PERSONA. Es decir: tras la personali­dad del virya, en su persona, alienta un Yo perdido que es hipóstasis del Yo Infinito, reflejo del Espíritu eterno. Solamente quien efectúe el tránsito inverso, desde la mera personalidad hasta el Yo perdido substancial, y quien trascienda esa hipóstasis que se asienta en el Símbolo del Origen y llega hasta el Símbolo mismo, tendrá la posibilidad cierta de acceder al infinito actual, al Espíritu.

Pero el descubrimiento interior de esa posibilidad de liberación estaba prohibida desde un principio al virya, quien aún no se llamaba de ese modo. Tal como se explicará en la Segunda Parte, al exponer la Estrategia "O" de los Siddhas, la intervención de Cristo-Lúcifer alteró de­finitivamente los planes de los Siddhas Traidores y dejó abierto un camino para la liberación de los Espíritus cautivos. Desde entonces, quien logra incluirse en la Estrategia "O" de los Siddhas, puede optar por aplicar una de las siete vías de Liberación de la Sabiduría Hiperbórea para hallar y seguir el sendero inverso que conduce al Vril: "a este, al hombre semidivino que lucha contra el Demiurgo y sus aliados para liberar al Espíritu cautivo, y que sigue, para ello, el sendero inverso de la sangre pura, sólo a éste le fue dado el nombre de virya". Este virya es, desde luego, el "el virya despierto", poseedor de un Yo despierto insubstancial, capaz de aprehender el Símbolo del Origen en la sangre pura y escuchar la Canción de A-mort de los Siddhas. EL MOTIVO DE ESTOS "FUNDAMENTOS DE LA SABIDURÍA HIPERBÓ­REA" ES, JUSTAMENTE, OTORGAR AL VIRYA PERDIDO LOS ELEMENTOS NECE­SARIOS PARA INTENTAR LA TRASMUTACION EN VIRYA DESPIERTO, ES DECIR, PARA QUE BUSQUE A SU YO DESPIERTO Y SE DESCUBRA INFINITO, INSUBS­TANCIAL, UN REFLEJO DEL ESPÍRITU ETERNO. Porque sólo el virya despierto puede intentar con éxito la reversión del Espíritu-esfera revertido, operación que si se efectúa DESDE el microcosmos le puede transmutar, a su vez, en Siddha inmortal, con su cuerpo de puro VRAJA, indestructible en el plano físico. Esta maravillosa operación, objeto de la ini­ciación Hiperbórea, no obstante estar este libro dirigido a los viryas perdidos, será descripta teóricamente más adelante para que estimule y fundamente el anhelo de liberación espiritual de todo virya.

Aunque el Yo perdido es una hipóstasis del Yo Infinito, y se encuentra permanentemente confundido con el sujeto consciente, no es infrecuente UNA INTUICIÓN TRASCENDEN­TAL DEL INFINITO pues, a despecho del objetivo de la clave genética, con el encadenamien­to espiritual el infinito ha venido a instalarse en el interior del microcosmos. Pero tal intuición, que proviene del Espíritu, es decir de lo eterno, se presenta en la esfera de luz como mera fan­tasía y acaba siendo racionalizada por la flexión apercibida del sujeto conciente-Yo perdido (ver inciso "Func. de la Esf. de Conc.", art. "G", Segundo). Ello ocurre porque el Yo, QUE ES ESENCIALMENTE ATEMPORAL, ES DECIR, NO SUCESIVO Y MUCHO MENOS HISTÓRICO, se encuentra sumido en el sujeto histórico consciente, conformando con este la persona del virya perdido; en esa hipóstasis el Yo pierde el poder abarcador de la eternidad y se ciñe al presente inmanente, volcando en esa franja dialéctica del tiempo sus propias intui­ciones metafísicas; mas, la intuición del infinito no puede ser un "símbolo sagrado" pues no participa de ningún Arquetipo universal: de allí la imposibilidad de la razón para interpretarla y la solución, incomprensible, del "infinito potencial" a la que siempre arriba.
En el virya perdido la reducción de la intuición del infinito da lugar al CONCEPTO del infinito potencial, es decir, a una tajada sémica de una Relación de la estructura cultural. El procedimiento es el siguiente: la razón establece una Relación entre Principios unitarios; tal Relación puede ser posteriormente equiparada, por operaciones sistemáticas del sujeto cultural, a cualquier objeto cultural o ideal extenso; pues bien: en dicha Relación existen conceptos, es decir, significados contextuales en ciertos lenguajes habituales, por ejemplo, idiomático, alge­braico, geométrico, lógico, etc., que proponen LA POSIBILIDAD DE DIVIDIR INTERMI­NABLEMENTE LA EXTENSIÓN O AUMENTARLA INDEFINIDAMENTE AGREGAN­DO SIEMPRE UNA NUEVA UNIDAD. Por supuesto que esta indefinición racional es sólo un significado proposicional y nada tiene que ver con el infinito actual, real, del Yo Infinito: la falta de fin de toda suma o división interminable sólo demuestra la imposibilidad del sujeto para superar la duración que insumiría REALMENTE tal operación interminable; (descontando los "limites" del cálculo infinitesimal que sólo son supuestos, jamás alcanzados efectivamente por una operación continua). Naturalmente, este infinito sistemático e inalcan­zable no puede ser mas que "potencial" puesto que consiste en la "posibilidad", encerrada en el concepto, de no alcanzar nunca el fin. A partir de aquí, todos los viryas perdidos que han inten­tado superar al infinito potencial, buscando el transfinito, han acabado en la frustración o en la locura debido a su desconocimiento de los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea; nuestra ciencia, en efecto, enseña el camino hacia el infinito actual, el cual no es, ni puede ser, un mero concepto sino la más elevada vivencia espiritual: el infinito actual es incomprensible, vale decir, es inabarcable por la razón; sólo puede ser vivenciado por el Yo despierto, su pro­pia esencia.

En síntesis, el virya perdido debe convencerse de que es imposible alcanzar el infinito ac­tual partiendo del concepto de infinito potencial: el infinito actual no es algo a lo que se va a llegar el término de una operación, a la que paradójicamente se considera "interminable" o po­tencial, un llegar a ser, una posibilidad; eso es como atribuir un carácter evolutivo o sucesivo al infinito, como creer que se trata de un acontecimiento futuro hacia el que se progresa, UN FIN EN EL SIN FIN, UNA "FINALIDAD" EN EL SENTIDO TELEOLÓGICO QUE EL DEMIURGO HA DETERMINADO PARA TODOS LOS ENTES; vale decir, el infinito po­tencial, posible, es, contra todos los intentos por disimularlo, solo un infinito futuro, proyecta­do en el tiempo, un infinito irreal. Pero en el futuro de todo tiempo no esta el infinito sino el Pralaya, el fin de un ciclo y el comienzo de otro. El error proviene de pensar el infinito con un Yo perdido, contaminado de tiempo inmanente, permitiendo así que la razón interprete y pro­ponga su concepto, es decir, que la razón CONCIBA lo que es esencialmente INCONCEBI­BLE. Porque al infinito actual no se llega ya que siempre es: es real en todo momento porque es perfecto fuera del Tiempo; el está siempre presente, desde su eternidad, en el Yo puro del virya, sobre el Símbolo del Origen, en la pureza de la sangre. Hasta el hay que llegar, mas este "llegar" no es temporal ni espacial sino ESTRATÉGICO o, si se quiere, GNÓSTICO: a esto se refiere la Sabiduría Hiperbórea cuando habla de "llegar al Vril", "llegar al infinito", "llegar al Yo despierto", etc.; no a un tránsito espaciotemporal sino a un SALTO ESTRATÉGICO HACIA EL SÍMBOLO DEL ORIGEN, acto que se denomina "PURIFICACIÓN SANGUÍ­NEA" y ya es principal objetivo de la iniciación hiperbórea. En el "llegar" estratégico no inte­resa CRONOS, el tiempo, sino KAIROS, la oportunidad de atacar al enemigo y ganar la eter­nidad: porque kairos es a la vez momento y eternidad, el momento en el que el guerrero muere y gana la eternidad del Valhala, por eso kairos sólo puede consistir en un punto de apoyo desde el cual se atraviesa el espacio y el tiempo HACIA la eternidad: SÓLO UN YO PERDIDO QUE ACTÚA EN EL KAIROS JUSTO PUEDE "LLEGAR" AL INFINITO ACTUAL, AL YO INFINITO.
A esta altura es conveniente releer el párrafo siguiente, tomado de nuestra obra de divul­gación "La Extraña Aventura del Dr. Arturo Siegnagel":

"Hay un sentido hiperbóreo común en los hechos que protagonizan los viryas de nuestra historia, pero este sentido, esta intención, esta tendencia a la mutación, NO ES UNA CATE­GORÍA LÓGICA SINO ESTRATÉGICA. No puede aprehenderse con la razón pues no es racional; pero tampoco es irracional. Hay aquí otra paradoja, lo que es JUSTO Y NECESA­RIO, ya veremos enseguida porque.

"Una Estrategia es un MEDIO, o la planificación de los medios, para obtener un FIN. En la guerra, la Estrategia es el conjunto total de medidas que deben disponerse para obtener el éxito, o sea "imponer nuestra voluntad al enemigo". Para los viryas hiperbóreos es CLARO Y PATENTE que existe una guerra cósmica y que todos estamos comprometidos en ella. La CONFUSIÓN DE SANGRE que padecen los viryas perdidos es también una ACCIÓN DE GUERRA, una ACCIÓN TÁCTICA SATÁNICA, para impedir el DESPERTAR, el RE­GRESO AL ORIGEN y la LIBERACIÓN DEL GRAN ENGAÑO. Por eso decimos que TODA ACCIÓN DE LOS VIRYAS HIPERBÓREOS ES UNA CATEGORÍA ESTRATÉ­GICA y que, en tanto no se posea una clara visión de las Estrategias en juego, no es posible INTERPRETAR tales acciones.

"Cuando un pueblo se encuentra colectivamente identificado con una filosofía o religión, llegando hasta el extremo de regular la vida diaria de acuerdo a normas, preceptos o leyes emanados de tal filosofía o religión, decimos que las mismas constituyen un "modo de vida" para quienes la practican. Así decimos "el budismo es un modo de vida" o "rigen su vida por el Decálogo de Moisés" o "los neoplatónicos vivían de acuerdo a la filosofía estoica" etc. De ma­nera análoga puede considerarse que LA ESTRATEGIA ES EL MODO DE VIDA DEL VIRYA HIPERBÓREO.

"Y si, cuando vemos un monje mendicante de la India meditar durante largas horas y cu­mplir todos los ritos budistas, decimos "vive todos los minutos de su vida de acuerdo a su re­ligión y ella está siempre presente en él"; también, análogamente, debemos decir "el virya hi­perbóreo vive todos los minutos de su vida de acuerdo a la Estrategia Hiperbórea y ella está siempre presente en él indicándole el sendero del retorno".
"Para tornar más claras estas afirmaciones consideremos brevemente los hipotéticos pasos que seguiría un virya perdido para hallar el sendero del retorno. Se hará así evidente que tales pasos no son otra cosa que MOVIMIENTOS TÁCTICOS, es decir, categorías estratégicas:

"II - Inicialmente el virya se encuentra PERDIDO. Contribuye a perpetuar ese estado la Estrategia Satánica cuya táctica principal se basa en la CONFUSIÓN; en crear confusión o aumentar la existente.

"Debe tenerse presente aquí la siguiente regla: PARA LA SINARQUÍA "LA CULTURA" ES UN ARMA ESTRATÉGICA.

"El virya busca ORIENTARSE y para ello se pone en ALERTA. Esta es la primera cate­goría estratégica incorporada a la vida corriente. El permanente estado de ALERTA le condu­cirá finalmente a dudar de la realidad, de su apariencia sensible y a desconfiar de la razón y de lo racional, que se revelarán como cómplices del Gran Engaño. En esas condiciones es posible DESPERTAR, convertirse en VIRYA DESPIERTO, mediante la experimentación de una NOSTALGIA por OTRO MUNDO.

"Ese mundo primordial que se intuye, y que atrae con la fuerza del retorno, es la patria del espíritu y su RECUERDO ESTÁ CONTENIDO EN LA SANGRE. Había sido OLVI­DADO y ese olvido ocasionó la pérdida de orientación, la confusión, y lo transformó en VIRYA PERDIDO. Pero al experimentar la Minne, el recuerdo de sangre, se abrirán otros ojos que nunca duermen, distintos a los ojos físicos que sólo ven la ilusión y se asumirá un PER­MANENTE ESTADO DE ALERTA, necesario para no ceder a la Estrategia enemiga y caer en una nueva y mayor confusión.

"Si esto ocurriese el virya es ya un SUJETO ESTRATÉGICO del cual puede decirse: "todos sus movimientos apuntan a un único fin"; "nada puede apartarse de su ruta", "su valor e intrepidez no conocen limites"; en fin, "es un VIRYA DESPIERTO".

"El virya despierto irá implacablemente al combate contra los ELEMENTALWESEN sin EVALUAR EL RESULTADO PROBABLE DE SU LUCHA, es decir, SIN PROYECTARSE EN EL TIEMPO. Sólo le interesara la acción en sí, en la medida que ésta contribuya a exaltar su virtud heroica o mística hasta un grado tal que todo retorno a la vida corriente, al Gran En­gaño, se haga insoportable. Ese límite humano que sólo puede ser alcanzado cuando se ha des­pojado la mente de todo dogma, de toda moral, de todo deseo material, de todo lazo con el mundo, esa cumbre primordial a la que sólo puede treparse en el fragor del combate, esa altura espiritual inaccesible para quien posea una pizca de materialidad evolutiva, de dualidad, o de oposición a la dualidad, ese punto de NO RETORNO a que aluden estas sentencias y muchas otras es, con toda precisión, producto de la SANGRE PURA.

"Pero cuando se habla de IMPUREZA SANGUÍNEA jamás debe confundirse este concep­to con el de IMPUREZA RACIAL, en el sentido de mezcla de razas, mestizaje o bastardiza­ción. Es cierto que el mestizaje étnico ocasiona una CONFUSIÓN GENÉTICA y que ésta in­crementa la CONFUSIÓN ESTRATÉGICA del virya, pero se trata tan sólo de una parte del problema y, diríamos, la menor, La IMPUREZA SANGUÍNEA es un concepto esotérico de la Sabiduría Hiperbórea que se refiere al CONTENIDO GNÓSTICO de la sangre y, desde luego, a OTRA SANGRE, distinta del mero plasma linfático o de la hemoglobina. Debemos tener presente, entonces, que la PUREZA RACIAL es un factor favorable pero que este por sí mismo nada asegura en cuanto a la PUREZA SANGUÍNEA. Y de nada vale, por ejemplo un pueblo racialmente puro como el CELTA si está totalmente dominado por la Estrategia Sinár­quica.

"Por eso cuando el virya despierto decide ir al combate para PURIFICAR SU SANGRE esta actitud, por sí sola, lo independiza de su grado de mestizaje étnico y genético.
"Diferente es el caso de la mutación colectiva, adonde si es importante el factor racial pues una COMUNIDAD DE SANGRE puede ser guiada CARISMÁTICAMENTE por un líder o Führer. De este caso se trata ampliamente EN NUESTRA OBRA "TRATADO DE ESTRA­TEGIA PSICOSOCIAL DE LAS S.S."

"Los viryas despiertos se hallan vinculados carismáticamente entre sí, debido a su origen común, por un lado sincronístico que llamamos ÁUREA CATENA o CORDÓN DORADO. Es un vínculo NO FÍSICO inaprensible para la razón, por lo que desistimos momentáneamente de explicarlo, aunque más adelante volveremos a hablar de él. Por ahora diremos solamente que al virya despierto, aquél que ha SENTIDO la Minne y remonta la ÁUREA CATENA ha­cia el origen, posee INCIPIENTEMENTE una condición que lo COLOCA MAS ALLA de cualquier calificación racial o encasillamiento social. No decimos que esta condición lo vuelve SUPERIOR sino que lo COLOCA FUERA de todo patrón de medida. Esta condición se de­nomina LINAJE HIPERBÓREO y remite a un concepto de RAZA DEL ESPÍRITU totalmente desconocido para el común de la gente a causa de la feroz ocultación de que ha sido objeto. (Hablar de una "Raza del Espíritu" es tocar uno de los mas terribles Misterios cual es el que se refiere a la llegada al Sistema Solar de los Siddhas Hiperbóreos y de la TRAICIÓN cósmica perpetrada por una parte de ellos. Volveremos sobre esta historia). Decíamos que la condición de poseer linaje hiperbóreo los viryas despiertos la poseen INCIPIENTEMENTE. ¿Que que­remos decir con linaje hiperbóreo incipiente? Veamos primero una interpretación VULGAR de la frase "linaje incipiente", antes de responder de acuerdo a la Sabiduría Hiperbórea:

"La palabra "linaje" se refiere al ascendente familiar, o sea los vínculos de sangre, y éstos se poseen o no, sin alternativa. Por otra parte "incipiente" significa "que empieza" de modo que si decimos "Pedro, de la familia Pérez, tiene un linaje incipiente" queremos significar "Pedro EMPIEZA a tener linaje de los Pérez" lo que sólo puede referirse a alguna CARAC­TERÍSTICA de los Pérez que los distingue y que se DESTACA nítidamente en los miembros de la estirpe, es decir un PERFIL FAMILIAR HEREDITARIO que COMIENZA a manifes­tarse en Pedro o que Pedro representa incipientemente.

"Por lo tanto hablar de LINAJE de una persona no consiste en aludir al mero hecho de pertenecer a tal o cual familia, sino que implica todo un universo de razas, cualidades y estilos que tienden a conformar un TYPO familiar bien definido. Opina JAIME DE MAHIEU al res­pecto: "La existencia de tal TYPO no puede negarse en los linajes homogéneos. El mismo len­guaje corriente lo admite cuando recurre a la expresión "aire de familia". La historia conoce linajes de artesanos, campesinos, industriales, artistas, estadistas, jefes de guerra, etc. EL LI­NAJE ES, POR LO TANTO, UN CONJUNTO BIOPSÍQUICO HEREDITARIO DIFE­RENCIADO[1]

"RESULTA pueril destacar estos conceptos que hasta pocos siglos atrás eran unánime­mente conocidos, pero a los que la bolchevización universal comenzada con la Revolución Francesa ha suprimido de la "cultura occidental". (Para la Sinarquía "la cultura" es un arma estratégica"). Sin embargo todavía es posible observar que en aquellos dominios no masifica­dos de la actividad humana, es decir donde es imprescindible contar con
alguna habilidad AR­TESANAL, continúan imponiéndose las leyes del linaje. "En el orden humano, -dice Jaime de Mahieu- es bien conocido, aunque puesto en duda por los negadores de la herencia de los ca­racteres adquiridos, que varias generaciones son necesarias para formar un buen obrero en ciertos oficios difíciles, la cristalería por ejemplo. Tenemos mas confianza, a este respecto, en el testimonio y, sobre todo, en la práctica de los industriales que afirman la realidad del fenó­meno, que en las aserciones de los teóricos cientificistas. Además ¿no se contradecían a sí mismos esos transformistas del siglo pasado que, mientras negaban la herencia de los hábitos, fundaban su teoría de la evolución de las especies en una modificación paulatina de las gene­raciones bajo el efecto del medio, modificación ésta que no podía efectuarse sino merced a la transmisión hereditaria de los progresos realizados?".

"Sabemos ahora que un linaje puede ser incipiente EN UN INDIVIDUO si éste repre­senta débilmente las características del TYPO familiar. Es un concepto que incluye la idea de DESARROLLO o EVOLUCIÓN: hay un TYPO y un sendero, la diferenciación biológica ha­cia el TYPO. Es decir un SER y un LLEGAR A SER. Por eso la REALIZACIÓN DE LA TENDENCIA familiar es la mejor adaptación de un miembro a la figura del "tipo" o al "Arquetipo" metafísico que lo soporta y del cual (el tipo) es su expresión visible. 

"Vamos a responder ahora la pregunta sobre el incipiente linaje hiperbóreo que posee un virya despierto empleando conceptos de la Sabiduría Hiperbóreo. El linaje hiperbóreo no reconoce TYPOS. Sin embargo, análogamente al caso del linaje familiar, existe una TEN­DENCIA en el virya que lo impulsa hacia una REALIZACIÓN. Esta TENDENCIA emerge de la sangre pura, de la Minne, y la REALIZACIÓN hacia la que apunta se obtiene por un cami­no inverso, marchando para atrás, buscando el origen hiperbóreo del Espíritu. No hay aquí, como en el caso de Pedro Pérez, un llegar a ser algo determinado, la conformación de un TYPO; por el contrario, en el camino inverso, ocurre la DISOLUCIÓN DE TODO TYPO culminando el proceso en una súbita INDETERMINACIÓN ONTOLÓGICA. Marchando por el sendero inverso del retorno se accede FINALMENTE a un estado INCREADO que sólo puede calificarse como de POSIBILIDAD PURA. Es la REALIZACIÓN DE LA TENDEN­CIA hiperbórea (Minne) de la sangre pura que se llama Espíritu o Vril. Esta REALIZACIÓN implica la MUTACIÓN definitiva del virya despierto en Siddha inmortal y su LIBERACIÓN del orden material que rige la creación. El espíritu o Vril es INDESCRIPTIBLE y es prudente referirse a él como POSIBILIDAD PURA. Sin embargo el único concepto de EXISTENCIA que posee la Sabiduría Hiperbórea corresponde al Vril. Es decir que nada espiritual tiene existencia fuera del Vril y que todos los estados psíquicos intermedios deben ser reputados como ilusorios. Nada existe fuera del Vril porque obtener el Vril es ESTAR FUERA DE TODO. Y "TODO" es el Universo del Uno, del Demiurgo ordenador de la materia cuya exis­tencia TODO lo impregna y cuya voluntad SOPORTA las cosas del mundo concreto.

"Por estas razones, para la Sabiduría Hiperbórea el PASÚ no existe pues su ALMA es una proyección de la mónada hipostática que el Demiurgo PENSÓ y EMANÓ. La evolución sólo brinda un desarrollo ilusorio DEL SUJETO CONSCIENTE que jamás puede sobrepasar a su propio Arquetipo o la ultima mónada. El alma del pasú puede aparecer como "muy evolucio­nada" y hasta "grande", o "muy santa", pero es pura ilusión; su "existencia" está sujeta a los Grandes Ciclos Cósmicos y tiene fatal disolución en el PRALAYA o MAHAPRALAYA. Al culminar uno de estos Grandes Ciclos de manifestación evolutiva de la materia o MANVAN­TARA se produce la FAGOCITACIÓN de todo lo "creado" por parte del Gran Engañador y significa el fin de todos los Maestros, Gurúes, Choans, Rishis, etc.

"Todo virya debe tener siempre presente la siguiente regla estratégica: "NO HAY AL­TERNATIVA POSIBLE DE EXISTENCIA FUERA DE LA CONQUISTA DEL VRIL". Es decir no hay OTRA alternativa para existir, aparte de la mutación".

A pesar de que el Yo perdido es sólo una hipóstasis del Yo Infinito, y que el infinito actual sólo llega a él como intuición metafísica, su presencia se hace sentir con tal intensidad que generalmente determina la persona del virya. En la personalidad del virya se transmuta así una característica que depende directamente del infinito, de cuán cerca esté su persona del Yo despierto, es decir, de su pureza de sangre. A esta característica se la denomina: "CONCIENCIA DE LA TERMINACIÓN DEL ENTE" y puede formularse así: A MAYOR CONCIENCIA DE LA TERMINACIÓN DEL ENTE MAS DEPENDENCIA AL DESIG­NIO, ES DECIR, MENOR PUREZA SANGUÍNEA: MAYOR DISTANCIA ESTRATÉGI­CA ENTRE EL YO PERDIDO Y EL YO DESPIERTO. E, inversamente: A MAYOR CONCIENCIA DE LA INCOMPLETUD DEL ENTE MENOR DEPENDENCIA AL DESIGNIO DEMIURGICO, ES DECIR, MAYOR PUREZA SANGUINEA: MENOR DISTANCIA ESTRATEGICA ENTRE EL YO PERDIDO Y EL YO DESPIERTO. Por ejemplo, el pasú se diferencia claramente del virya perdido por dicha característica: mientras al pasú el ente se le aparece siempre terminado, completo en su finitud, al virya el ente le parece siempre incompleto, mera apariencia que oculta al ser o realidad imperfecta; mientras al pasú, a medida que el sujeto consciente evoluciona, el ente le parece cada vez más perfecto, en virtud de una mayor conciencia de la representación de su esquema, es decir, de su verdad, AL VIRYA, a medida que aumenta su pureza sanguínea, EL ENTE LE RESULTA CADA VEZ MÁS SOSPECHOSO.

Surge de este hecho la curiosa consecuencia de que una gran inteligencia racional, es decir, una gran capacidad para interpretar la verdad del ente en numerosos lenguajes contextua­les, no es indicadora en modo alguno de una "mayor espiritualidad" sino que, por el contrario, ella indica una gran determinación del sujeto anímico evolutivo sobre el Yo perdido; a menos, claro, que tal racionalidad sea sólo una propiedad estructural independiente del Yo, por la pu­reza de sangre: el virya, en ese caso, continuará encontrando tanto más sospechosos a los entes cuantos más conceptos de los mismos le revele la facultad traductiva del sujeto cultural.

El virya despierto, por otra parte, no sólo es capaz de aprehender al infinito actual sino también de APLICARLO para sus fines estratégicos: en ello consiste, por ejemplo, la FUN­CIÓN CERCO, que será expuesta más adelante, la cual permite aplicar en todo ESPACIO DE SIGNIFICACIÓN MACROCÓSMICA un CERCO INFINITO, es decir, UN CERCO SO­BRE EL CUAL SE HA PROYECTADO EL POLO INFINITO; se obtiene así una PLAZA, un área liberada en el macrocosmos fuera del control del Demiurgo, dentro de la cual se sitúa el virya despierto, microcosmos potencial, para desplazarse estratégicamente hacia el Valhala.

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