sábado, 28 de marzo de 2020

D - La función de la sangre en la clave genética.

D - La función de la sangre en la clave genética.

La sangre, desde luego, interesa todas las estructuras del microcosmos porque su distri­bución conforma la contraparte física del cuerpo astral, es decir, del vehículo sutil del alma. El sujeto anímico evolutivo, aunque se manifieste en estructuras especificas, en realidad proviene de la sangre, de determinadas funciones que la sangre ejecuta en las distintas estructuras del microcosmos. Es por la sangre, por una sangre astral que la ciencia de occidente aun descono­ce, que el alma se manifiesta como sujeto en las estructuras psíquicas del pasú; y en esa san­gre, como herencia Hiperbórea de los Siddhas Traidores, se encuentra depositado el Símbolo del Origen. Tal como se expuso en el inciso "Traición y Encadenamiento Espiritual" la clave genética ha hecho posible que en la sangre se conserve el recuerdo del ente increado y que, por él, el pasú se transforma en virya, ENCADENANDO al sujeto consciente el Yo, vale decir, la manifestación del Espíritu Hiperbóreo. Pero debemos advertir aquí que será imposible para todo virya perdido COMPRENDER la clave genética sin una previa iniciación tántrica de la Sabiduría Hiperbórea; en la Segunda Parte, no obstante, daremos una idea de tal iniciación EN UNA DESCRIPCIÓN ANALÓGICA que tiene la virtud de echar bastante luz sobre la clave genética. También es posible hallar muchos comentarios sugestivos en la novela de divulga­ción "La extraña aventura del Dr. Arturo Siegnagel" y en los libros de Miguel Serrano. Empe­ro, si bien no conviene entrar en los incomprensibles detalles de la clave genética, es impres­cindible señalar en qué consiste su técnica: en el maithuna, vale decir, en el acto sexual entre el Manú y los miembros de la especie humana. El maithuna constituye para el pasú, aparte de la ejecución de su función procreativa, UN MODO DE CONOCIMIENTO SENSI­BLE: en efecto, durante el apareamiento el cónyuge es un ente externo que impresiona inten­samente la esfera sensorial y aporta a la razón el descubrimiento de un designio humano. El esquema de tal designio, obtenido por la vía del contacto sexual, posee su potencia activa refe­rida en gran medida hacia la esfera afectiva; esto es: todo pensamiento sobre este esquema producirá con­ceptos cuyas representaciones corresponden al caso (c) extremo, vale decir, repre­sentaciones que se orientaran hacia el corazón y jamás se harán conscientes; ésta es la razón por la que el pasú no es consciente, por ejemplo, de las fases formativas del microcosmos po­tencial, o hijo, procreado, a pesar de que sus símbolos se encuentran en el esquema del desig­nio conyugal. Pues bien, a pesar de que la intencionalidad afectiva predominante en la potencia activa se efectúe normalmente en las parejas pasú, cuando el maithuna es realizado por el Manú el caso es bastante diferente.



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