martes, 25 de febrero de 2020

C - Esquema de sí mismo y energía psíquica.

C - Esquema de sí mismo y energía psíquica.


Sabemos que todo ente que sea objeto de la intuición sensible será esquematizado ra­cionalmente en la estructura cultural. Las Relaciones, y los sistemas de Relaciones con Princi­pios que estudiamos hasta ahora, nos han permitido entender de qué manera el designio des­cubierto da lugar a la verdad del ente representada por el esquema estructural. Pero si TODO ente conocido es indefectiblemente esquematizado, habrá que preguntar, entonces, por el es­quema que corresponde a sí mismo. Veamos el problema más claramente. El sujeto histórico del microcosmos, que hemos denominado "conciencia", comienza a desarrollarse desde el mo­mento en que el descubridor de entes se descubre a sí mismo como ente entre los entes. El descubrimiento de sí mismo revela de inmediato la diferencia entre el microcosmos, ente indi­vidual, y cualquier ente del macrocosmos: esta diferencia sujeto-microcósmico/objeto macro­cósmico es evidente e innegable. Por eso, a partir del descubrimiento de sí, todo nuevo esque­ma de entes será referido a sí mismo: la dimensión potencia de cualquier relación ACTÚA so­bre el pensamiento según tal referencia hasta nivelar y tomar horizontales los planos de signifi­cación oblicuos. Ahora bien: este centro de referencia al cual se refieren, por su dimensión potencia, todas las Relaciones susceptibles de ser "conscientes" y al que hemos identificado anteriormente con la "esfera de conciencia", NO ES simplemente el "SÍ MISMO", el "MICROCOSMOS", sino el "SÍ MISMO CONOCIDO", el "MICROCOSMOS CONOCI­DO", es decir, el "ESQUEMA DE SÍ MISMO".
La esfera de conciencia (o de preconciencia en la figura 11) es en realidad un "esquema de sí mismo", configurado de acuerdo al grado de conocimiento de sí que alcance el pasú. Este esquema, según iremos viendo, adquirirá un carácter eminente con respecto a los demás miem­bros de la estructura cultural. Pondremos de relieve los aspectos más importantes del esquema de sí en los siguientes comentarios.
Primero - La esfera de conciencia, al ser un ESQUEMA de sí mismo, ES UN "SÍMBOLO COMPLEJO". Sin embargo, dicho símbolo ESTÁ INCOMPLETO Y EN PER­MANENTE PROCESO DE FORMACIÓN. ¿Cómo crece, cómo se conforma, el esquema de sí mismo? Respuesta: las continuas referencias a sí mismo, que determina la potencia de las Relaciones en el pensamiento, actualiza y agrega nuevos elementos sémicos al símbolo que constituye el esquema de si mismo.
Esto quiere decir que la "esfera de conciencia", por su carácter esquemático, es, en realidad, un símbolo, y que dicho símbolo se va completando como efecto de cierta especie de pensamientos referidos o intencionados hacia sí mismo. El "esquema de sí mismo", que co­mienza a formarse a partir del descubrimiento de sí mismo, es decir, cuando se inicia el sujeto histórico, acompaña en su devenir el desarrollo de este sujeto: LA "HISTORIA DEL MI­CROCOSMOS", CUYA "LÍNEA SUBJETIVA CONSTITUYE LA CONCIENCIA DEL PASÚ, ES EL ESQUEMA DE SÍ MISMO O ESFERA DE CONCIENCIA.
Segundo - La "historia" del microcosmos es, así, un esquema en permanente construc­ción al que denominamos "esfera de conciencia". Y la esfera de conciencia es el "centro" al que están potencialmente referidas aquellas Relaciones estructuradas en función de sí mismo.
Pero todo esquema surge de la interpretación racional de un designio. Es evidente que al descubrir al microcosmos, en que consiste el ente-pasú, para sí mismo, se ha de haber revelado EN ALGÚN GRADO su designio. Pero no es menos evidente que tal revelación SÓLO PODRÁ SER COMPLETA CUANDO TODO EL MICROCOSMOS HAYA SIDO RA­CIONALIZADO, ES DECIR, CUANDO EL ESQUEMA DE SÍ MISMO CONTENGA COMO VERDAD A TODO EL MICROCOSMOS. En el articulo 'F', comentarios quinto y sexto veremos en qué consiste el designio de sí mismo y comprobaremos que su descubrimien­to, y las referencias que motiva implica una "conmoción" en el sujeto racional. El esquema de sí mismo depende, de la evolución de la mente, de la capacidad actual, en todo momento, para aprehender racionalmente el designio de sí e interpretarlo en un esquema lo más completo posible. En resumen: el esquema de sí mismo, la esfera de conciencia, la historia del micro­cosmos, es un símbolo en formación que jamás acaba de completarse porque el designio de sí mismo, al que interpreta, jamás acaba de ser conocido por el pasú.
Para finalizar vamos a confirmar lo dicho en el inciso "Memoria arquetípica y razón: la esfera de conciencia es una especie de memoria. El solo hecho de que la esfera de conciencia consista en una "historia" del microcosmos debe dar la idea de que una serie temporal de suce­sos psíquicos han de estar necesariamente memorizados en ella. Del mismo modo que la es­tructura del cerebro puede ser denominada "memoria arquetípica", y la estructura cultural "memoria conceptual", la estructura del esquema de si mismo es llamada "memoria representa­tiva"; lo de "representativa" va por motivos que se verán en el articulo 'F'.
Tercero - No obstante su aparente devenir, es decir, el permanente cambio que constitu­ye su progreso hacia la verdad completa, el esquema de sí mismo puede ser también "pensado" como los otros esquemas de la estructura cultural. Lo explicaremos. Todo esquema o Relación es vivenciado por el pensar como "pensamiento", el cual se halla fundado en un significado, propio del esquema, que se perfila en relieve sobre el horizonte de la significación continua. El esquema de sí mismo es el que tiene las dimensiones máximas: mayor extensión, mayor com­prensión y mayor potencia, que cualquier otro esquema o Relación. El "pensar" un esquema semejante supone la aprehensión de un significado de jerarquía superior pues la esfera de con­ciencia es un centro de referencia para todos los planos de significación. Vale decir: el sujeto cultural tiene la posibilidad de "contener" en un pensamiento al esquema de sí mismo; pero tal posibilidad es, justamente, la que señala el inicio del "sujeto consciente": el sujeto cultural, al reflexionar sobre sí mismo, anima al esquema de sí mismo y se eleva como "sujeto consciente". Por el contrario, para el sujeto consciente, todos los esquemas de la estructura cultural son inte­ligibles, es decir, tienen significado en algún lenguaje.
Pero, si todo esquema de la estructura cultural resulta inteligible para la esfera de con­ciencia, ella misma, en tanto que esquema de sí mismo, ¿en qué lenguaje se torna inteligible su significado? Respuesta: el lenguaje propio de la esfera de conciencia, en cuyo contexto ella puede ser notada y entendida, "reflexionada", es la "HISTORIA INMANENTE". El significa­do de la esfera de conciencia o esquema de sí mismo se expresa en un lenguaje histórico, es decir, se manifiesta al entendimiento como una forma del tiempo. Intuir el significado de la esfera de conciencia equivale a intuir la línea subjetiva del sujeto histórico inmanente, a captar la unidad de la conciencia "como una historia".
Cuarto - Naturalmente, fuera de éste que le es propio, la esfera de conciencia puede ser notada en cualquier otro lenguaje y, el concepto correspondiente, expresado en el mundo me­diante signos adecuados. Nos interesa ahora destacar uno de tales conceptos, que los viryas perdidos han proyectado en los últimos milenios.
Este concepto es el de ENERGÍA, al que se pretende derivar de otros entes por desco­nocerse cual es el verdadero esquema del que procede. Pero, sin importar a cual ente lo APLI­QUE la ciencia, EL CONCEPTO DE ENERGÍA EXPRESA EL SIGNIFICADO DE LA ES­FERA DE CONCIENCIA. Por supuesto que un concepto que debe anotar al esquema de má­xima extensión y comprensión ha de poseer también tales dimensiones extremas, además de máxima connotación: la proyección del concepto energía en signos fisicomatemáticos, por ejemplo, a pesar de la complejidad que patentiza, apenas alcanza a insinuar el significado del esquema de si mismo del cual procede. Por eso, al afirmar que "las esferas psíquicas son de energía", dijimos más atrás que no "aplicamos" el concepto de energía a la psique sino que, por ser la psique de energía, existe concepto de energía.
Quinto - Si el concepto de energía expresa el significado de la esfera de conciencia po­demos indagar en base a qué propiedades de la misma se define la "energía psíquica". En pri­mer lugar observemos que el esquema de sí mismo deviene, varía, cambia, se mueve: el "movimiento" es, pues, la primera propiedad de la energía psíquica. En segundo término hay que notar que la esfera de conciencia es el "centro de referencia" hacia el que apuntan las po­tencias activas de las Relaciones "históricas": la "dirección" es, entonces, la segunda propiedad evidente de la energía psíquica.
Pero, para que algo energético, un símbolo por ejemplo, DIRIGIDO hacia un centro de referencia, pueda llegar hasta el hace falta que la energía sea lo suficientemente INTENSA. La INTENSIDAD es, pues, la tercera propiedad importante de la energía psíquica.
Por ahora, sin descartar completamente otras propiedades, podemos afirmar que la energía psíquica se caracteriza por el movimiento, la dirección y la intensidad. Naturalmente, con estas tres determinaciones la energía psíquica es análoga a una magnitud vectorial de la Física.



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