EL ESPÍRITU-ESFERA "NORMAL"
Para comprender mejor el estado del Espíritu-esfera después de la caída vamos a establecer algunas precisiones sobre su constitución NORMAL. En principio tomemos como referencia el PLANO MATERIAL y convengamos en que éste se encuentra POR DEBAJO DEL ESPÍRITU-ESFERA. De este modo la "hostilidad esencial" se manifiesta como OPOSICIÓN a dicho plano. (Ver figura 2).
Dispuesto así el enfrentamiento -Espíritu absolutamente libre contra plano material absolutamente determinado u ordenado- pasemos a describir la NORMALIDAD del Espíritu-esfera.
Como se observa en la figura hemos dibujado una SECCIÓN del Espíritu-esfera en la cual se ha señalado con color verde la superficie interior GNÓSTICA y con rojo la superficie exterior HOSTIL. Si ésta es la situación inicial del drama del Espíritu, entonces valen los siguientes principios:
Primero: el "cuerpo" del Espíritu, es decir, la esfera, puede considerarse como compuesto por dos capas o estratos, por dos películas superpuestas, que son en realidad dos CARAS O ROSTROS:
La superficie exterior, roja, es la expresión del TERGUM HOSTIS o ESPALDA HOSTIL; la superficie interior, verde, es la expresión del VULTUS SPIRITUS o ROSTRO ESPIRITUAL.
Segundo: Según la disposición de la figura 2 la oposición u hostilidad es hacia el plano material "inferior", caso que, analógicamente se ha representado con la esfera "arriba" y el plano material "abajo". Resulta evidente, entonces, que la oposición efectiva la realiza la media esfera inferior. A los efectos de alcanzar una profunda comprensión vamos a prescindir por un momento de la media esfera superior y a considerar sólo aquella parte que ejerce efectiva oposición a la materia. (Ver figura 3).
Podemos distinguir en la figura 3 dos direcciones opuestas: el Rostro espiritual se orienta hacia el punto cardinal del Yo absoluto; La Espalda hostil se opone a la materia inferior.
Situándonos alternativamente en cada uno de tales puntos de referencia notamos que: VISTO DESDE EL PLANO MATERIAL, LA HOSTILIDAD DEL ESPÍRITU ESTA SIGNADA POR "LO CONVEXO"; VISTO DESDE EL YO ABSOLUTO, LA ORIENTACIÓN DE LA GNOSIS ESPIRITUAL ESTA SIGNADA POR "LO CÓNCAVO".
Tercero: El rostro espiritual es gnosis pura y su síntesis consiste en un Yo Absoluto situado en el centro de la esfera.
La espalda hostil, por consiguiente, NO ES SABIDURÍA EN MODO ALGUNO. Por el contrario, ella es SOLO HOSTILIDAD JUSTAMENTE PORQUE NO CONSTITUYE UN CONOCIMIENTO DEL ENGAÑO EXTERIOR. El Espíritu-esfera se ha presentado en el Universo material CERRADO SOBRE SI MISMO, VUELTO EN TORNO DEL YO ABSOLUTO, Y MOSTRANDO AL DEMIURGO "POR TODAS PARTES UNA ESPALDA HOSTIL". Pero el Tergum, la Espalda, se opone al Demiurgo no como contrario sino como ADVERSARIO porque, hay que afirmarlo, EL ESPÍRITU-ESFERA ES UN DIOS MAS POTENTE QUE EL DEMIURGO.
: El Espíritu-esfera opuesto al plano material, tal como se ve en la figura 2, ES TAN INMUTABLE COMO EL "SER" DE PARMENIDES. Incluso el concepto del filosofo de Elea se podría aplicar al Espíritu-esfera y decir así: el Espíritu ES y lo que el Espíritu NO ES, NO ES. Con otras palabras, en la figura 2 vemos: por un lado al Espíritu-esfera, absolutamente libre, eterno e inmutable: ESTO ES LO QUE EL ESPÍRITU ES; por otra parte vemos un mundo absolutamente determinado, temporal y fenoménico: ESTO ES LO QUE EL ESPÍRITU NO ES. Y en consecuencia, PARA EL ESPÍRITU, esto que el NO ES, NO EXISTE, ES UNA ILUSIÓN, o sea, NO ES. La única realidad es el Espíritu; sólo él ES. Pero el Demiurgo TAMBIÉN ES ESPÍRITU; por eso él es el ADVERSARIO. De allí que sea necesario distinguir entre el Pantocrátor y el mundo, es decir, entre el Dios plasmador y el mundo por él plasmado; entre el Demiurgo y el Universo ordenado. Los segundos forman el plano material hacia el que apunta la negación del Espíritu-esfera: el mundo material es pura apariencia, pura ilusión, puro fenómeno, puro proceso evolutivo, pura contingencia y accidente; para el Espíritu el mundo NO EXISTE, NO ES. Pero el Demiurgo SI ES y contra él se librará el combate por el retorno al origen, por la recuperación del "estado primordial" que aquí representamos alegóricamente con la forma esférica.
Resumiendo estos principios podemos decir que el Espíritu-esfera, inicialmente, posee un Rostro espiritual, verde e interior, que mira hacia el Yo Absoluto, quien es su síntesis gnóstica, y que tal "mirar" constituye la "orientación normal" del Espíritu. También sabemos que exhibe una Espalda hostil, roja y exterior, que se opone al plano material y que tal oposición es la "hostilidad normal" del Espíritud.
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