domingo, 23 de febrero de 2020

FRACCIÓN DEL RELATO DE KURT VON SUBERMANN



FRACCIÓN DEL RELATO DE KURT VON SUBERMANN

En nuestra novela de divulgación "La Extraña Aventura del Dr. Arturo Siegnagel" se alude al Misterio del encadenamiento espiritual en un párrafo que conviene recordar aquí. En dicha obra, en efecto, el joven Kurt Von Sübermann concurre con su padre, amigo de la infan­cia de Rudolph Hess, a una fiesta en la Cancillería del Tercer Reich. Allí es presentado al Führer quien procede a efectuar sorprendentes revelaciones. La transcripción completa de di­cho párrafo se da a continuación:
…VIII - La ceremonia de fin de clases se realizaba, conjuntamente con otras escuelas, en un gran festival, con desfiles multitudinarios de la Juventud Hitleriana, que culminaban en el Estadio de Berlín. Allí la plana mayor del Tercer Reich, encabezada por el Führer, establecía un contacto directo con la juventud por medio de discursos y proclamas.
Papá había venido de Egipto especialmente para asistir a la graduación, siendo invitado por Rudolph Hess para concurrir a una fiesta a celebrarse esa noche en la Cancillería. Seria ésta, a mi juicio, la oportunidad esperada para aclarar muchas incógnitas.
A las 10 en punto de la noche subimos las escaleras de mármol de la Wilhemstrasse 77. Papá, elegantemente vestido de jaquet, y yo, con el uniforme de las Hitlerjungen, no desento­nábamos entre la numerosa concurrencia que ya llenaba el gran Salón del Águila, formando corrillos rumorosos de voces y risas. Atravesamos el salón en dirección al gigantesco hogar de mármol tallado, buscando a Rudolph Hess, mientras sobre nuestras cabezas una araña de colo­sales dimensiones derramaba torrentes de luz, suavemente A-mortiguada por miles de piezas de cristal de Baccarat. Nunca había visto tanta gente distinguida e importante junta. Estaban allí todos los líderes de la Nueva Alemania: el Dr. Goebbels, el Mariscal Goering, el Reichführer Himmler, Julius Streicher,… En un rincón apartado distinguimos a un grupo formado por Rosenberg, Rudolph Hess y Adolfo Hitler. Papá, temiendo interrumpir una conversación re­servada, me indico que aguardásemos a unos pasos de distancia, mientras bebíamos una copa de champagne que solícitos camareros nos habían alcanzado.
Al cabo de un momento Rudolph Hess reparó en nosotros y luego de cambiar una pala­bra con el Führer, se acercó sonriente.
- ¿Cómo están Reynaldo, Kurt? - dijo. - Vengan que les presentaré al Führer.
Era la primera vez que veía de cerca a Adolfo Hitler, honor poco frecuente para un es­tudiante extranjero, y aunque venia preparado, sabiendo que el Führer estaría en la fiesta, no se me había ocurrido que seriamos presentados.
- Adolfo: el Barón Reynaldo Von Sübermann - dijo Rudolph.
El Führer saludó a Papá dándole la mano efusivamente pero sin pronunciar palabra.
- Mein patekind Kurt Von Sübermann - continuó Rudolph - flamante egresado del NA­POLA, piloto y soldado poligloto, futuro OSTENFUHRER de la WAFFEN - SS.
No pude evitar ruborizarme por la elogiosa presentación del taufpate Hess.
El Führer estiró la mano mientras me clavaba una mirada helada en los ojos. Sentí que una corriente eléctrica corría por la columna vertebral al tiempo que una especie de vacío es­tomacal casi aullaba a la altura del ombligo. Fue una sensación de un instante pero de un efecto terrible.
Aquella mirada y el contacto de la mano del Führer habían obrado como un agente ácido en un cubo de leche, descomponiendo y disolviendo mi estado de ánimo. Fue un instante, repito, un sólo instante en el cual me sentí explorado por dentro.
Ya recompuesto observé con sorpresa que - algo inusual en él - una sonrisa enigmática se dibujaba en la cara del Führer.
- ¿De Egipto, eh? - dijo Hitler - Adoro Egipto, tierra maravillosa que fascinó a Napo­león y que ha producido un camarada invalorable como Rudolph.      
Rosenberg, que a todo esto ya había sido presentado, observaba la escena con expresión divertida.
- Al verlo a Ud. joven Kurt - continuó Hitler - verifico que no es casualidad lo de Rudolph. Egipto es realmente un "Centro de Fuerza Espiritual"; el enigma de la Esfinge aun tiene vigencia. Ustedes son la prueba - nos tomo, a Rudolph Hess y a mi, de un brazo a cada uno - de que una Orden Superior guía el destino de Alemania. Dos germanos-egipcios, que han respirado los efluvios gnósticos de Alejandría y El Cairo, conducidos por los Superiores Des­conocidos hasta aquí para poner vuestra gran capacidad espiritual al servicio de la causa Na­cionalsocialista.
Al veros - siguió diciendo el Führer - comprendo lo sagrado que es la tarea que hemos tomado sobre nuestros hombros al fundar el Reich de los mil años. Nuestra causa no es sólo el mejor ideal por el que puede vivir y morir un germano, es también la causa de la libertad de la humanidad, de la lucha por salvar al mundo de las fuerzas oscuras, del combate final contra los elementalwesen (seres elementales demoníacos)....
Rosenberg y Papá asentían con la cabeza a cada afirmación del Führer, que continuaba vertiendo conceptos místicos sin permitir que nadie interrumpiera su monólogo. Me distraje pensando en el extraño poder que había experimentado al saludar al Führer. Una poderosa Fuerza emanaba de Hitler, no sabia si voluntaria o espontáneamente, y me preguntaba si este carisma no lo había adquirido por medio de alguna técnica secreta, de algún conocimiento oculto al que unos pocos privilegiados podían acceder.
- ......entonces dígame joven Kurt ¿Quiénes son en definitiva los enemigos de Alema­nia? ¿Contra quién combatimos? - preguntaba Hitler dirigiéndose a mi.
Reaccioné ante la inesperada pregunta con la desesperación de haber desatendido una parte de la conversación. Tres pares de ojos de Rosenberg, Hess y Papá estaban puestos en mi esperando la respuesta. Sin embargo lo que había alcanzado a escuchar era suficiente para mi pues la respuesta brotó sola del fondo del inconsciente.
- El enemigo es uno solo, -dije categóricamente- es JAHVEH-SATANÁS. Contesté in­tuitivamente y de manera tan firme que no cabían rectificaciones. Miré a Papá, que se puso instantáneamente lívido, y a los otros, y vi la sorpresa retratada en todos los rostros.
- Muy bien, joven Kurt, muy bien - decía Hitler con una expresión de intensa alegría - Ha dado Ud. la mejor respuesta. Podría haber identificado como nuestros mas terribles enemi­gos a la judeomasonería, al judeomarxismo, al sionismo, etc., pero esos nombres sólo repre­sen­tan aspectos diferentes de una misma realidad, distintas caras de un mismo y feroz enemigo: YAHVEH-SATANÁS, el Demiurgo de este mundo. Sólo un Iniciado o un iluminado como Ud. o Rudolph podrían dar una respuesta tan precisa. ¿Verdad Alfred?
Rosenberg sonreía complacido.
- Lo felicito, joven Von Sübermann - dijo Alfred Rosenberg- es Ud. una persona de cla­ros conceptos.
Por supuesto que yo estaba completamente aturdido por lo que había ocurrido. De im­proviso en esa reunión con aquellas notables personas, descubría que poseía como una "Voz interior", un órgano misterioso que me permitía "escuchar" las respuestas a preguntas formula­das concretamente. ¡Y estas respuestas eran correctas! Nunca había experimentado algo así y sólo podía achacar esta súbita iluminación a la presencia del Führer. El con su extraño magne­tismo me había "despertado" el "oído interior".
Adolfo Hitler volvió a tomar la palabra:  
 -"La gente no compenetrada en la FILOSOFÍA OCULTA del nacional socialismo, suele cometer gruesos errores de apreciación al juzgar muchas de nuestras afirmaciones, creyendo ver en las mismas una superficialidad estúpida, cuando generalmente se trata de ideas sintéti­cas, SLOGANS, extraídos de profundos sistemas de pensamiento. Por ejemplo, ante la afir­mación del joven Kurt de que "el enemigo es Jehová-Satanás", que es una idea sintética de hondo contenido filosófico, muchas mentes ignorantes se verían tentadas de suponer que tal concepto arranca de un grosero antisemitismo. Alegarían argumentos elementales como estos: - "Jehová" es el Dios de Israel, un Dios de raza, uno entre cientos de dioses étnicos; es pues exagerado tomarlo por el único Dios o Demiurgo (objeción, esta si, antisemita). O este otro: - Jehová es el Dios de Israel pero, por su carácter monoteísta, es el único Dios, entonces ¿por qué se lo identifica con el Demiurgo? ¿Es por una creencia herética del tipo GNÓSTICA? (interrogante de quienes creen que ser "cristianos" implica la adoración de Jehová y que su re­chazo significa una "herejía anticristiana"). Otro argumento banal es el siguiente: - si hemos de rechazar al Demiurgo considerando su obra material como esencialmente "mala", ¿porqué identificarlo sólo con el Jehová judío habiendo cientos de denominaciones alternativas en la mitología etnológica y en los panteones religiosos de todos los pueblos de la tierra? (interrogante que suelen padecer quienes ignoran totalmente que significa Israel en la Historia de Occidente y cual es el secreto de la dinámica racial judía).
"Objeciones como las precedentes, opondrían nuestros críticos al oír hablar de Jehová-Satanás como "el enemigo contra el cual combatimos" y, por supuesto, les sorprendería la pa­labra "Satanás" adherida a Jehová, cuestión que, sin duda, les arrancaría irónicas conclusiones.
"Pues bien: tales argumentos reposan en una circunstancia común: ¡la ignorancia de quienes las formulan! Por supuesto que nosotros SABEMOS que el Demiurgo recibió otros nombres a lo largo de la Historia. Pero si elegimos, entre ellos, el de Jehová es porque se trata del ULTIMO NOMBRE con el cual El se ha autodenominado. Y con dicho nombre lo designa aun su "pueblo elegido", Israel, el cual no es otra cosa que un desdoblamiento psíquico del mismo Jehová-Satanás".
 Estas palabras del Führer me sorprendieron vivamente por sus implicaciones metafísi­cas. ¿Los judíos no constituyen una raza como las demás, compuesta por INDIVIDUOS?....era una teoría turbadora la que acababa de oír. 
"¿Se sorprende Ud., joven Kurt? - preguntó el Führer quien sin duda advirtió de in­mediato mi turbación. Pero no me dio tiempo a responder y continuó su explicación:
 - Pues aún no ha oído nada: Israel es un "chackra" de la Tierra, es decir, es una manifes­tación psíquica COLECTIVA del Demiurgo Jehová y por eso nosotros afirmamos que el judío NO EXISTE como individuo; que no es un hombre como el resto de quienes componen el ge­nero humano.
"Pero la manifestación de Jehová en una raza elegida, es un suceso más o menos recien­te, de pocos miles de años, y la Ordenación de la Materia o “creación” data de millones de años atras. Por eso, por la "novedad" que representa el nombre "Jehová" comparado con otros nombres del Demiurgo, que empleaban pueblos mas antiguos y cultural­mente más importantes en la Historia, y por la antigüedad geológica del Universo, es que pare­ce EXCESIVO designar con el nombre "Jehová" a un Dios cósmico. Pero se trata sólo de una apariencia. Aquí hay que imaginar un Demiurgo Primordial al que podemos cómodamente de­nominar EL UNO, tal como hacían los estoicos. Éste es quien ordena el caos y se difunde panteísticamente en todo el Universo (es Él también el Brahma hindú o el Alá árabe, etc., toma­das estas denominaciones en su acepción religiosa exotérica).
"Pero el Plan Cósmico, de alguna manera hay que llamar a la IDEA DEL UNIVERSO MATERIAL, se asienta en el ENSUEÑO del Demiurgo, un estado de quietud que sin embargo dinamiza el cosmos, como el "Dios motor inmóvil" de Aristóteles en ese Gran Día de Manifes­tación que se denomina también, gran manvantara. Pero para que todo "funcione" sin que re­quiera intervención de El Uno, "quien DUERME mientras todo vive en EL", es necesario dis­poner de un "sistema automático de corrección". Este es el papel que cumplen las llamadas JERARQUÍAS CÓSMICAS, miríadas de "entidades conscientes" EMANADAS por El Uno para que mantengan el impulso dado al Universo y lleven adelante Su Plan. El primer paso de la "emanación" son las MÓNADAS, átomos arquetípicos que fundamentan toda la estructura cósmica y hacen las veces de MATRIZ del Plan del Uno.
"Estas "entidades conscientes", ángeles, devas, logos solares, logos galácticos, espíritus planetarios, etc., NO SON SERES INDIVIDUALES sino que forman parte del mismo Uno y poseen mera APARIENCIA DE EXISTIR debido a los grados de libertad de que están dota­dos durante el manvantara. El recurso utilizado para lograr dicha ilusión es la extrema meca­nicidad de la realidad material fundada en LEYES EVOLUTIVAS, que mantienen el movi­miento progresivo de la materia y la energía en la exacta consecución del Plan del Uno.
"Dichas leyes evolutivas son CONSERVADAS por las "entidades conscientes", ya mencionadas, y DIRIGIDAS EN EL SENTIDO DEL PLAN. Así podemos distinguir, por ejemplo, "logos solares", es decir "entidades conscientes" capaces de "crear" un sistema solar siguiendo el Plan del Uno, pero que en realidad son DESDOBLAMIENTOS TEMPORALES de El Uno. Lo mismo se puede decir de los "logos galácticos" o "espíritus planetarios" y hasta de los simples ángeles o devas: ninguno de ellos existe como tales, aunque "evolucionen" su­jetos a las leyes universales. Lo importante aquí es comprender que todo este espectáculo grandioso que estamos recreando es PURA ILUSIÓN, una concepción metapsíquica de carac­terísticas colosales ideadas por El Uno para su intima contemplación. Porque la verdad es que todo "lo existente" desaparece finalmente, cuando sobreviene el Gran Pralaya, la noche de Brahma, en la que todo se confunde nuevamente en  Él, luego de una monstruosa fagocitación.
"Pero dijimos que el universo se rige por leyes evolutivas. Dichas leyes, que determinan el universo material, de acuerdo a una verdadera "arquitectura celeste", como bien dicen los satánicos masones, ocasionan la existencia de los distintos grados del espacio o "cielos" en que esta constituida la realidad. Así como hay varios "cielos" (¿cinco? ¿Siete? ¿Nueve?) hay "reinos de la naturaleza" (¿tres? ¿Cinco? ¿Siete?) o "planetas" (¿cinco? ¿Siete? ¿Nueve? ¿Doce?) o "razas raíces" (¿tres? ¿Cinco? ¿Siete?) etc. Estos aspectos engañosos forman parte del Plan del Uno y los demonios, encargados de llevar adelante dicho Plan, conforman un ORDEN JERÁR­QUICO PRECISO, basado en la famosa "ley de evolución" que rige los cielos - todos los CIELOS, desde los atómicos, químicos o biológicos hasta los cósmicos - en los que "evoluciona" cada mónada siguiendo los arquetipos de cada cielo. Es la famosa "ley de causa y efecto" que enseña la Sinarquía y que las religiones védicas de la India llaman Karma y Dharma, pero que conviene sintetizar como "ley de evolución". Esta ley DIRIGE el camino "de ida y vuelta" de la mónada, la cual toma varios "cuerpos" en los distintos cielos a los que des­ciende para "evolucionar"; dicho "camino" suele ser representado como la serpiente que se muerde la cola o "uroboro". Por supuesto que jamás se alcanza la famosa INDIVIDUACIÓN MONÁDICA, pues ello significaría una autentica mutilación de la substancia del Uno y antes que tal cosa sobrevenga, ya estará todo el universo fagocitado en Su Santo Buche.
Yo me debatía interiormente frente a sentimientos encontrados. Por una parte me horrorizaba la teoría que estaba oyendo, ya conocida por haberla estudiado en el Napola, pero dotada ahora de un impresionante sentido de realidad al ser expuesto vehementemente con la elocuencia irresistible del Führer. Y por otra parte me sentía halagado por el honor de recibir de labios del Führer de Alemania, una explicación personal, terriblemente extensa y curiosamente fuera de lugar en una fiesta mun­dana de la Cancillería. De cualquier manera mi actitud exterior, era de respetuosa atención a cada una de sus palabras pues no quería volverme a distraer.
- "Supongo que ya conoce esta teoría teosófica que la Sinarquía enseña en sus sectas masónicas o rosacruces, y que se ha de SENTIR ESPANTADO frente a una concepción de­terminista en que no hay un lugar PREVISTO para la existencia individual ETERNA, es decir, mas allá de los pralayas y manvantaras. Y justamente ese espanto, ese grito de rebelión que Ud. DEBE PERCIBIR brotando de su sangre pura, constituye una excepción a todas las reglas de la mecánica determinista de El Uno, porque habla de OTRA REALIDAD ajena a su univer­so material. ¿Cómo puede ser eso si hemos dicho que todo cuanto existe en el cosmos, ha sido pensado y hecho por Él, de acuerdo a su Plan y por intermedio de sus jerarquías cósmicas y planetarias? Pues bien joven Kurt, se lo diré brevemente: porque una parte de la humanidad, a la cual nosotros pertenecemos, posee un elemento que NO PERTENECE AL ORDEN MA­TERIAL y que no puede ser determinado por la Ley de Evolución del Demiurgo. Ese elemen­to, que se llama Espíritu o Vril, se halla presente en ALGUNOS HOMBRES como POSIBI­LIDAD DE ETERNIDAD. Sabemos de el por el RECUERDO DE SANGRE, pero en tanto no seamos capaces de liberarnos de los lazos que nos atan a la ilusoria realidad del Demiurgo y remontemos el sendero del retorno al origen, no EXISTIREMOS realmente como individuos eternos. Me preguntará Ud. cómo es que en un Orden Cerrado como el que hemos descripto, pueden coexistir ELEMENTOS ESPIRITUALES ajenos a él y porque, si no pueden ser de­terminados por las leyes de la materia y la energía, permanecen sujetos al Universo de El Uno. Este es un gran misterio. Pero puede Ud. considerar como hipótesis que, por UNA RAZÓN QUE IGNORAMOS pero podemos suponer sea UNA ORDEN de un Ser infinitamente supe­rior al Demiurgo, o UNA NEGLIGENCIA incomprensible, o UN ENGAÑO colosal, alguna vez han ingresado al Universo material, una miríada de seres pertenecientes a una raza espiri­tual que llamamos HIPERBÓREA.
Supongamos que tales seres hubieran penetrado al sistema solar por una "puerta" abierta en otro planeta, por ejemplo Venus, y que ya aquí, merced a un ardid, una parte de sus Guías Hiperbóreos los hubiesen encadenado a la ley de evolución. Este encade­namiento, ya lo hemos dicho, NO PUEDE SER REAL pero, sin embargo, los Guías Traidores logran CONFUNDIR a los espíritus inmortales anclándolos a la materia. ¿Para qué hacen esto? Otro misterio. Pero lo cierto, lo efectivo es que, a partir de la llegada de tales Guías al sistema solar, se operará una mutación colectiva EN TODA LA GALAXIA que MODIFICA el Plan del Uno. Esta modificación está edificada en la Traición de los Guías y en la caída de los seres inmortales. Para que Ud. lo vea claro, joven Kurt, le diré que aquí, en la Tierra, existía un ser humano primitivo que "evolucionaba" siguiendo las leyes de las "cadenas planetarias" y los "reinos de la naturaleza".
"Esta evolución era lentísima y perseguía la adaptación final a un arquetipo racial abso­lutamente animal, dotado de una mente racional, estructurada lógicamente por las funciones cerebrales y poseedor de un "alma" conformada por energía de los otros planos materiales mas sutiles. Este "hombre" es el que encontraron, en una etapa aún primitiva de su desarrollo, los Guías Traidores al llegar a la Tierra hace millones de años. Entonces, mediante un ingenioso sistema llamado Chang Shambalá que Ud. tendrá oportunidad de estudiar en nuestra Orden, ellos decidieron mutar la raza humana, encadenando los espíritus inmortales a los seres huma­nos ilusorios y materiales de la Tierra.
Desde ese momento existen tres clases de hombres, los animales-hombres primitivos o PASÚ, los semidivinos o VIRYAS a quienes se les adosó un espíritu y los Divinos Hiperbó­reos o Siddhas, que son todos aquellos que logran RETORNAR AL ORIGEN y escapar del Gran Engaño. También son conocidos como Siddhas Leales una parte de los Guías, aquellos que NO TRAICIONARON y que, encabezados por Cristo-Lúcifer, intentan SALVAR a los viryas mediante la redención hiperbórea de la sangre pura, que consiste en despertar el recuer­do pri­migenio de la propia divinidad perdida. Éstos son los señores de Agartha....Pero nos apartamos un poco de nuestro tema principal que versaba sobre Jehová-Satanás, el enemigo contra el cual combatimos para ganar el derecho a regresar al origen dorado. Pronto se le hará clara esta cuestión, joven Kurt, pues si Ud. recuerda que El Uno delegaba en unas "entidades conscien­tes" la ejecución de Su Plan, podemos ahora agregar que el sistema solar ha sido construido por una de tales "conciencias" a la que llamamos Logos Solar, secundada por Devas de menor Jerarquía quienes OCUPAN determinados puestos en la mecánica del sistema. En la Tierra, una "entidad planetaria" infundía vida al planeta e impulsaba la "evolución" de los reinos de la naturaleza de acuerdo al Plan Solar, inserto en el Plan Cósmico de El Uno. Está claro que se trata de emanaciones de El Uno enlazadas jerárquicamente: El Uno -- Logos Galáctico -- Logos Solar -- ángel planetario -- alma colectiva o grupal, etc. ¿Quien es Dios aquí? Según el nivel de conciencia y las pautas culturales y religiosas de los hombres, puede ser cualquiera de tales "entidades conscientes", pero siempre se trata del Uno. Si se dice que Dios es el Sol o se concibe un Dios "creador" de todo el Universo, se esta hablando de El Uno. Igual si se cree que Dios es la "naturaleza" o la "vía láctea" o La Tierra. Las diferentes cosmo­logías gnoseo­lógicas que se presentan a los hombres en sus distintas etapas de la "evolución" para concebir el mundo, no invalidan el hecho de que siempre se aluda directa o indirectamente a El Uno cuando se habla de Dios.
"Pero regresemos a la Tierra. Cuando los Guías Traidores llegan a la Tierra se instalan en un "centro" al que denominan Shambalá, o Dejung, y fundan lo que se ha dado en llamar Gran Fraternidad Blanca o Jerarquía Oculta de la Tierra. No es un lugar localizable física­mente sobre la superficie terrestre, cuestión sobre la que Ud. deberá aprender más adelante, sino que se halla situado en un pliegue topológico del espacio. Pero lo que interesa aquí es destacar que el jefe de los Guías Traidores, se auto titula Rey del Mundo, pasando a ocupar el lugar de uno de los doce Kumaras del sistema solar. ¿Qué es un Kumara? un ángel planetario, una de esas "entidades conscientes" encadenadas por El Uno que conforman la "idea de un pla­neta". Es aquí adonde debe ubicarse la clave del nombre Jehová y de su "raza elegida". Porque el espíritu planetario se llamaba Kumara Sanat, quien luego de la constitución de Shambalá y de la venida del Rey del Mundo, decide actuar como REGENTE de El Uno en la ejecución de Su Plan, ahora modificado. Para ello se encarna, en nombre del Uno, en una "raza elegida" para reinar sobre los espíritus hiperbóreos esclavizados. Esa es la raza hebrea. Es decir que tenemos por un lado a la jerarquía Oculta de Chang Shambalá, con sus demonios: los Guías Traidores y su jefe: el Rey del Mundo, quienes llevan adelante ahora la "evolución" del planeta y son quienes "guían" a las razas por medio de una siniestra organización llamada Sinarquía. Y por otra parte tenemos la raza hebrea que no es sino la manifestación de Sanat Kumara en la Tierra para ocupar el máximo escalón de la Sinarquía, en nombre del Uno. Los mismos he­breos en su Kábala estudian que "Israel es uno de los 10 sefirot", el sephirah Malkut, es decir una de las emanaciones del Uno.
"Finalmente Jehová es el nombre cabalístico del Demiurgo El Uno que Sanat Kumara representa en la Tierra y es, como dije al comienza de esta agradable charla, el ULTIMO NOMBRE HISTÓRICO que conocemos de El. Por eso nosotros LOS ANTIGUOS SERES HIPERBÓREOS que aún permanecemos encadenados en este mundo demoníaco, debemos tener bien presente que el enemigo es Jehová-Satanás, el Demiurgo de este mundo. (Ver un resumen de esta concepción en la siguiente figura fuera de texto).
El Führer continuaba entusiasmado su largo monólogo y aunque ya había  pasado una larga hora y llovían sobre nosotros las miradas curiosas de mucha gente que deseaba sentarse a la mesa, nadie en Alemania hubiera sido capaz de interrumpirle por un motivo tan prosaico como yantar una cena. Yo por mi parte sólo deseaba continuar oyendo las increíbles revelaciones del Führer y por eso, cuando me preguntó si le había comprendido, no vacilé en hacerle presente mis dudas: 
- Hay algo que ahora me preocupa - dije inmediatamente - Todo cuanto Ud. ha dicho, mi Führer, sobre el Demiurgo El Uno lo comprendo perfectamente y lo acepto, pero no puedo dejar de preguntarme ¿Quien es entonces Dios, el VERDADERO DIOS? ¿O....?
- "Esa es una pregunta que no debe Ud. hacerse, joven Kurt, - afirmó categóricamente el Führer - No mientras su mente esté sujeta a la lógica racional, pues sólo logrará entonces arri­bar a paradojas irreductibles. Pero es evidente que la duda ya ha germinado en Ud. y que segui­rá meditando en ello. Le daré entonces una respuesta provisoria: Dios es incognoscible para todo aquel que no ha conquistado el Vril. Tenga siempre presente esta verdad, joven Kurt: desde la miserable condición de esclavo de Jehová-Satanás no es posible CONOCER a Dios, pues el es absolutamente trascendente. Es necesario recorrer un largo camino de purificación sanguínea para saber algo sobre Dios, sobre el "verdadero Dios", como Ud. bien dice. La ma­yoría de las grandes religiones, al hablar de Dios, se refieren al Demiurgo El Uno. Esto ocurre porque las razas que pueblan actualmente el mundo han sido "trabajadas" por los Demonios de Shambalá, implantándoles ideas sinárquicas en la MEMORIA GENÉTICA de sus miembros, para poder dirigirlas hacia el gran arquetipo colectivo que se llama MANÚ. Así, percibiendo la realidad tras un velo de engaño, se llega a esas concepciones de Dios panteísta, monista o trinitario, que sólo son apariencias de El Uno, el Demiurgo ordenador de la materia.
Fíjese lo que ocurre con el concepto de Dios que poseen los distintos pueblos integran­tes de la antigua familia de lenguas indogermanas: casi todos los nombres derivan de las mis­mas palabras y es seguro que éstas designan en un pasado remoto a un Dios "creador de todo lo existente", es decir al Demiurgo El Uno. En sánscrito tenemos las palabras "Dyans pitar" que en los Vedas se utilizan para nombrar al "Padre que está en los cielos". Dyans es la raíz que en griego produce Zeus y Theo, con sentido similar al sánscrito y que pasa a ser en latín Ju-piter, Deus pater o jovis. Los antiguos germanos se referían igualmente a Zin - Tyr o a Tiwas como al Dios "creador" de lo existente, palabras que también provienen del sánscrito Dyans pitar.
Igual etimología poseen palabras que designan a Dios en las familias de lenguas tura­nias y semitas. En esta última familia, de importante relación con el hebreo, encontramos "Él" como una antigua denominación del Demiurgo en su representante planetario "El fuerte".
En Babilonia, Fenicia y Palestina se adoró a Él, IL, Enlil, nombres que los árabes transformaron en IL ah o Alah, etc. No debe extrañarle, joven Kurt, esta unidad etimológica pues lo alarmante es la "unidad de concepto" que se descubre tras las palabras mencionadas, ya que en todas las re­ligiones y filosofías siempre se llega a dos o tres ideas de Dios aparentemente irreductibles, pero que en realidad se refieren a distintos aspectos del Demiurgo: tal la preferencia por un "Dios panteísta e inmanente": El Uno; o "trascendente" pero "creador de la tierra y los cielos": Jehová-Satanás, Júpiter, Zeus, Brahma, etc."
El Führer me miraba ahora con los ojos brillantes y yo adiviné que sus próximas pala­bras tendrían un contenido realmente importante:
- "Hubo una guerra, joven Kurt, Una guerra espantosa, de la cual el Mahabarata guar­da quizás un recuerdo distorsionado. Dicha guerra involucro VARIOS CIELOS en su teatro de operaciones y produjo como su expresión más externa, lo que se ha dado en llamar "el hundi­miento de la Atlántida". Pero nadie conoce a fondo a que se hace referencia cuando se habla de la "Atlántida", ya que no se trata solo de "un continente hundido". Dicha guerra lleva ya más de un millón de años en este plano físico, durante los cuales han sido varias las Atlántidas físicas, continentales, que se han hundido, y ahora, en nuestro siglo XX, podemos decir que nueva­mente se apresta a "hundirse la Atlántida". Pero dejemos este misterio por ahora pues tendrá que volver sobre el mismo durante sus estudios. Para concluir esta conversación le diré una ultima cosa joven Kurt. Sepa Ud. que en esa guerra cósmica, en la que se combate por la libera­ción de los espíritus cautivos, por la mutación colectiva de la raza, contra la Sinarquía y contra Jehová-Satanás, el tercer Reich ha comprometido todo su potencial espiritual, biológico y ma­terial".
Con estas terribles palabras el Führer pareció dar por terminada su explicación. Miré a mi alrededor y comprobé que Papá, Rosenberg y Rudolph Hess aún continuaban a mi lado.
Un elegante mozo indicó al Führer que cuando lo dispusieran podrían pasar al patio in­terior para tomar una cena fría. Eran las once de la noche. El Führer y Rosenberg se despidie­ron de nosotros y fueron a reunirse con Goering y el Dr. Goebbels en la cabecera de la mesa. Rudolph Hess invitó a Papá y a mi a ubicarnos para cenar, pero no había quedado bien luego de la conversación con el Führer y a riesgo de ser ofensivo, decidí hablar francamente con am­bos…




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