domingo, 23 de febrero de 2020

III - La misión de los Caballeros Tirodal exige LOCALIZAR A LOS ELEGIDOS y revelarles los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea.

III - La misión de los Caballeros Tirodal exige LOCALIZAR A LOS ELEGIDOS y revelarles los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea.


Ante todo, cabe afirmar que los Elegidos a que nos referimos son personas cuya inclinación por la Sabiduría Hiperbórea no, proviene de una decisión racional adoptada en el curso de sus vidas. El Elegido es quien, paradójicamente, eligió luchar contra Jehová Satanás para liberar al Espíritu eterno, que es él mismo, del encadenamiento material. Pero tal elección, el Elegido no la hizo en esta vida ni en esta Tierra, sino en otro plano de existencia, no espacial ni temporal, donde reside el Espíritu Hiperbóreo encadenado. Sin embargo, aunque la decisión de luchar por la libertad del Espíritu está tomada, cada nueva encarnación causa su olvido parcial. El Elegido, al momento de ser localizado por los Caballeros Tirodal, está dormido: el primer acto ha de consistir, entonces, en despertarlos al recuerda de su propia decisión. Se hace necesario, así, sostener un diálogo con el Elegido dormido para procurar que despierte en él su naturaleza espiritual; pero este diálogo, para ser eficaz, debe superar todas las vallas culturales que ha montado el Enemigo en el interior de su estructura psíquica y dirigirse directamente a la manifestación del Espíritu. Naturalmente, un diálogo tal no puede ni intentarse contando solo con una lengua profana: este libro, tal como se explicará más adelante, tiene por: fin enseñar al Elegido un método de pensamiento que permitirá comprender el significado metafísico de los conceptos expresados por los Caballeros Tirodal. Por eso, previamente a la lectura de este libro, no es posible satisfacer ninguna pregunta del Elegido sobre el Misterio de la Iniciación Hiperbórea y la posibilidad de liberación espiritual; y luego de leerlo, ello solo será posible si se lo ha comprendido y aceptado.
El elegido, aunque dormido, exhibe señales inequívocas de quién es. Fundamentalmente se trata de dos herencias: una genética y otra espiritual. La herencia genética consiste en un contenido mnémico de la sangre: el recuerdo del Origen, que es tanto más intenso cuanto más pura es la sangre; por eso la Sabiduría Hiperbórea distingue entre pureza de sangre y pureza racial: la segunda no es una exigencia imprescindible para la Iniciación Hiperbórea, aunque sí lo es la primera pues, sin pureza de sangre, sin recuerdo del Origen, no hay posibilidad alguna de liberación espiritual. En cuanto a la herencia espiritual ella se manifiesta en el carácter volitivo del Yo: como se demostrará en este libro, el Yo es una consecuencia del encadenamiento espiritual; de allí que su aspecto revele inmediatamente el grado de extravío y sumisión del Elegido. Por su dominio de la Sabiduría Hiperbórea, los Caballeros Tirodal disponen de los métodos más perfectos para establecer si una persona es un Elegido y, si es un Elegido, en qué grado de extravío se encuentra y / cuando los Caballeros Tirodal han determinado con precisión que una persona es un Elegido, y que es posible su despertar, es entonces que se realiza la consulta a los Siddhas Leales, Aquéllos Que Nunca Se Equivocan, para que ellos confirmen o rechacen el Juicio de la Orden.
No hay, pues, ningún error si un Elegido es convocado para participar de la Sabiduría Hiperbórea: ello significa que, en dos mundos, su despertar se considera posible.



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