domingo, 23 de febrero de 2020

F - Significación y designio demiúrgico.

F - Significación y designio demiúrgico.

Consideremos la estructura cultural y definamos en ella el concepto de CONTINUI­DAD. En una estructura la continuidad es una propiedad topológica, es decir, cualitativa, que intuitivamente se puede definir como: la posibilidad de "partir" desde un nudo cualquiera y "llegar" hasta cualquier otro con sólo desplazarse sobre los enlaces; vale decir: la continuidad exige que no se produzcan interrupciones durante el desplazamiento. Esto en cuanto a una es­tructura simple, semejante al modelo de la figura 12. La estructura cultural requiere una defi­nición más rigurosa. Supongamos que, luego de aplicar la reducción sistemática a TODOS los sistemas de la estructura, unimos cada Principio con su opuesto por medio de una Relación dialéctica; tendremos así un conjunto de sistemas semejantes al de la figura 13. En ese caso: HAY UNA CONTINUIDAD SI TODOS LOS SISTEMAS DEL CONJUNTO ESTÁN CO­NECTADOS ENTRE SÍ AL MENOS POR UNA RELACIÓN CADA UNO. Hay que desta­car que este conjunto CONTINUO de sistemas interconectados entre sí posee todas las carac­terísticas de una estructura.
La continuidad así definida es una propiedad topológica, una pura cualidad de la estruc­tura. Pero la estructura cultural es un organismo vitalizado por la actividad mental: no existen PARA ELLA partes ni cualidades separadas sino "vivencias" de sistemas, pensamientos "sobre" la estructura. Cabe preguntar, pues, ¿cómo es vivenciada la continuidad de la estructu­ra cultural? (La pregunta por la "vivencia de una cualidad" puede ser entendida analógicamen­te: supongamos que alguien establece que nuestro esqueleto es "continuo", en el sentido topo­lógico-estructural antes apuntado, y nos pregunta como vivenciamos tal cualidad; naturalmente la respuesta sólo puede provenir de un autoexamen: dado que no podemos "sentir" el esqueleto al menos podemos efectuar una palpación, con las manos, de nuestro cuerpo; entonces una res­puesta puede ser ésta: la continuidad del esqueleto es PARA MI la DUREZA que adquiere la carne al ser oprimida por los dedos de la mano en casi todo el cuerpo; dicha DUREZA es CONTINUA porque puedo ir desde cualquier punto de dureza a cualquier otro con sólo des­plazar los dedos sobre el cuerpo y sin dejar de percibir en ningún momento la dureza interior. ¿Qué nos dice esto? : Que la cualidad es "vivenciada" como atributo de otra cosa: la "continuidad" se transformó en "dureza continua". En otras palabras: la "dureza", que es tam­bién una cualidad, es decir, un adjetivo, ha sido substantivada, cosificada, para luego ser predi­cada su "continuidad" con el adjetivo "continuo": "la dureza (cosa) es continua". Resulta así que la vivencia de la cualidad consiste en su substancialización).
La respuesta es la siguiente: EN LA ESTRUCTURA CULTURAL DEL PASÚ LA "CONTINUIDAD ESTRUCTURAL" ES VIVENCIADA COMO "SIGNIFICACIÓN CON­TINUA". He aquí un concepto de capital importancia: la significación es un "continuo". Pero justamente, por su importancia, este concepto habrá que aclararlo.
En primer lugar hay que distinguir entre "significación" y "significado". Ambos térmi­nos están en relación como lo general a lo particular, dentro de una misma especie; por ejem­plo, como "estructura" a "sistema" o "pensar" a "pensamiento". "Significación" es la vivencia de una cualidad de la estructura como tal, la cual sólo puede obtenerse si se experimenta un "pensar" total, no focalizado en ningún pensamiento, o una intuición de tal "pensar".
Pero "la significación es continua", vale decir, es algo sustantivo, que subsiste como cualidad de toda la estructura. En cambio "significado" es el "momento" de la significación, lo signifi­cado cuando el pensamiento ilumina un sistema.
Una vez hecha la distinción entre significación y significado hay que considerar que: LA UNIDAD DEL PENSAR RACIONAL ESTÁ DADA POR LA SIGNIFICACIÓN CON­TINUA. Entonces: EL SIGNIFICADO DE UN PENSAMIENTO RACIONAL ES PARTE INSEPARABLE DE LA SIGNIFICACIÓN DEL PENSAR AL QUE AQUEL SE ENCUEN­TRA UNIDO EN ESE MOMENTO.
En el próximo inciso encararemos el estudio de la significación continua bajo el aspecto temporal. Mientras tanto conviene hacerse la idea de que la significación es un HORIZONTE MENTAL en el cual pueden destacarse como RELIEVES los significados. Cuando el pensar, en que consiste la vitalidad de la estructura cultural, carece de pensamiento entonces el hori­zonte de la significación permanece en un nivel constante. De pronto, un pensamiento ilumina un sistema: en el horizonte de la significación, EN ESE MOMENTO, se destaca el relieve del significado.
El significado es así, no un mero contenido, sino el fundamento del pensamiento racio­nal, la base subsistente sobre la que se asienta todo contenido. Decíamos que el pensamiento racional es la vivencia de un sistema: ahora sabemos que el significado es el fundamento del pensamiento porque es la vivencia de la significación continua EN el sistema.
Pero el significado, en tanto que relieve del horizonte de la significación, ha de manifes­tar GRADOS DE REALCE: el "'mayor" o "menor significado" de un pensamiento racional. Pues bien: LOS GRADOS DEL SIGNIFICADO DEPENDEN DE LA "PROFUNDIDAD DEL PENSAMIENTO". Aclaremos este concepto.
Al contrario de un movimiento meramente superficial, el pensamiento racional, cuando ocurre sobre un sistema, puede consistir en una parte o la totalidad de los elementos sémicos del mismo. La capacidad de un pensamiento para incluir en su vivencia parte o la totalidad de los símbolos de un sistema, es decir, para percibir una apariencia o la esencia del esquema del ente, se denomina PROFUNDIDAD. Cuando mas "profundo" es un pensamiento racional tanto más elementos sémicos del esquema posee, tanto mayor es su "verdad".
Los grados del significado dependen de la profundidad del pensamiento, es decir, de CUÁNTO ha sido vivenciado el sistema en términos sémicos. Por ejemplo: los grados del significado dependen de cuán vivenciadas estén, en el pensamiento racional las DIMENSIO­NES de la Relación: extensión, comprensión y potencia. Pero la Relación es un símbolo com­plejo que expresa el esquema del ente, la interpretación del designio efectuada por la segunda operación de la razón. Llegamos así a los dos extremos del CONOCIMIENTO RACIONAL (del ente externo): designio y significado.
En efecto, la esencia del ente externo, el ser-para-el-hombre, es el DE-SIGNIO demiúr­gico que se patentiza por el descubrimiento racional y constituye el extremo original del acto de conocer. En el otro extremo, en el pensamiento del ente, el SIGNI-FICADO es un grado de conocimiento determinado sobre la verdad del ente. Y entre ambos extremos, desde luego, es posible señalar varios procesos propios del modo del conocer racional, ya estudiados anterior­mente: ente externo, esfera sensorial, primera operación de la razón, designio, segunda opera­ción, esquema o Relación, significado del pensamiento del ente.
Dijimos que el pensamiento es el acto del pensar localizado sobre un sistema y agrega­mos que el significado es el fundamento del pensamiento, el nivel de referencia sobre el que se asientan aquellos contenidos sémicos del esquema que han podido ser vivenciados. Pero un sistema se compone de Principios y Relaciones y dependerá de cuales de estos símbolos sean significados el tipo de idea en que consista el pensamiento: si el significado se refiere a un Principio, entonces el pensamiento consistirá en una IDEA SIN IMAGEN; si lo significado proviene de una Relación, el pensamiento TIENE POSIBILIDAD de contener una IDEA CON IMAGEN: pero ello dependerá de la POTENCIA ACTIVA de la Relación, según se explicará en el próximo inciso.



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