lunes, 24 de febrero de 2020

H2 - ¿cuál es el origen estructural de los múltiples lenguajes?

H2 - ¿cuál es el origen estructural de los múltiples lenguajes?

Al comienzo del artículo, junto a la pregunta por el lenguaje, propusimos la interroga­ción por el origen estructural de los distintos lenguajes. Para hallar ahora la respuesta debemos considerar los elementos de construcción del lenguaje, es decir, los sistemas simples que mos­tramos en la figura 13. Un lenguaje se construye con uno o más de estos sistemas a los que se estructura en orden a una modalidad lógica particular. Recordemos en qué consisten tales sis­temas: Principios y Relaciones. Los Principios son representaciones psíquicas permanentes de Arquetipos innatos; las Relaciones son esquemas de entes; y ambos miembros, Principios y Relaciones, son términos sémicos: los primeros, símbolos simples; los segundos, símbolos complejos. El pensamiento es la vivencia de los Principios y Relaciones constituidos en siste­ma y su contenido se erige sobre el significado como ideas sin imagen o ideas QUE PUEDEN tener imagen.
Dijimos, al estudiar la reducción, que los Principios, por ser símbolos simples son irre­ductibles. Este carácter irreductible de los Principios determina que lo significado en un pen­samiento correspondiente SEA EVIDENTE POR SI MISMO, QUE NO PUEDA SER NE­GADO. Por eso los Principios de la estructura cultural son conocidos como CONCEPTOS PUROS DEL ENTENDIMIENTO, CATEGORÍAS, PRINCIPIOS MATEMÁTICOS, PRINCIPIOS LÓGICOS, etc. Con "Principios", es decir, con símbolos simples, se conforman los esquemas de cualquier ente y constituyen las Relaciones. Indudablemente un sistema sim­ple, formado por un Principio y una Relación, esta determinado por la EVIDENCIA del Prin­cipio. De aquí que un lenguaje o sistema complejo construido SÓLO con ciertos sistemas simples como elementos fundamentales, repetidos de acuerdo a una modalidad lógica determi­nada pueda ser completamente diferente de otro lenguaje elaborado a partir de sistemas distin­tos. La razón es, pues, capaz de construir múltiples lenguajes.
Ahora bien, en estos sistemas, que obran como elementos fundamentales del lenguaje y cuya evidencia procede del Principio interno, ¿qué clase de ente se halla esquematizado en la Relación? Respuesta: un "ente interno". Los elementos fundamentales de un lenguaje, en tanto que sistemas, NO SON, pues, DE LA MISMA CLASE QUE LOS SISTEMAS QUE PRO­DUCE EL CONOCIMIENTO DE LOS ENTES EXTERNOS.
Cabe preguntar ¿qué diferencia supone que el elemento de lenguaje sea el esquema de un "ente interno" con respecto a los esquemas de entes externos? Respuesta: el esquema de un ente interno consiste en uno o más "símbolos arquetípicos" sin referencia a entes externos. Recordemos que un "símbolo arquetípico" es un símbolo que sólo difiere de un Principio "en la potencia", concepto este que se definirá en el próximo inciso; un Principio posee "potencia pasiva"; un "símbolo arquetípico", correspondiente al mismo Arquetipo que dicho Principio, pero subestructurado en una Relación, posee "potencia activa". Cuando el esquema de una Relación no corresponde a un ente externo, es un ente interno y, en el caso que estamos consi­derando, parte de un elemento de lenguaje o sistema.
Como ejemplos clásicos de lenguajes existentes están los idiomas y las estructuras matemáticas. Consideremos algunos "ELEMENTOS FUNDAMENTALES" de tales lengua­jes. Si un símbolo arquetípico de una Relación es substantivado o cosificado y otro símbolo se enlaza al primero como predicación de alguna cualidad el sistema constituye una oración idio­mática. Si un símbolo arquetípico y otro símbolo es enlazado en función del primero el sistema constituye un axioma o una ecuación matemática. Dependerá de cuantas y cuales oraciones, o axiomas, se utilicen para construir el lenguaje, y de la modalidad con que estos elementos se reproduzcan, el tipo de estructura que posea el lenguaje producido.
Por otra parte, dado un número de axiomas particulares, es posible, por ejemplo, definir ciertas Relaciones entre los mismos, determinando así la modalidad de la estructura matemáti­ca., que puede ser un grupo, anillo, cuerpo, espacio vectorial, etc. Y lo mismo puede ejemplifi­carse en el lenguaje idiomático: mediante ciertas Relaciones definidas entre las aserciones elementales quedarán determinadas distintas modalidades lógicas en estructuras sintácticas de juicios, proposiciones, sentencias, etc.
Siguiendo con estos ejemplos, es fácil comprender que, partiendo de sistemas idiomáti­cos o matemáticos, es decir, oraciones o axiomas, es POSIBLE desarrollar estructuras de sis­temas complejos, o "lenguajes", con dos características principales:
Una: los sistemas deriva­dos de los "elementos fundamentales", SUS ESQUEMAS, NO GUARDAN CORRESPON­DENCIA CON ENTES EXTERNOS.
Dos: los sistemas complejos no acaban nunca de cre­cer, o, con otras palabras: los sistemas complejos crecen indefinidamente DESDE ADENTRO.
En la estructura cultural, la región adonde se estructuran los lenguajes, es decir, SUS "ELEMENTOS FUNDAMENTALES" y aquellos sistemas construidos con ellos, se denomi­na: ESTRUCTURA HABITUAL. El resto de la estructura cultural, formada por sistemas con esquemas de entes externos es llamada ESTRUCTURA REAL. Hay que reparar en que, mien­tras la estructura real es permanente y a priori de todo lenguaje, la estructura habitual es a posteriori del conocimiento de los entes y esta constituida por sistemas VIRTUALES, necesa­riamente incompletos porque en los "elementos fundamentales" subyace la POSIBILIDAD de su construcción.
Pero si, según hemos visto, los lenguajes se originan en sistemas evidentes, fundados exclusivamente en símbolos puros, ¿de qué manera puede la verdad de un ente externo ser comprendida por los términos de un lenguaje? Respuesta: por la aplicación de la "facultad tra­ductiva" del pensar racional, cuya medida es la "inteligencia".
Consideremos la siguiente definición: INTELIGENCIA ES LA CAPACIDAD QUE POSEE EL PENSAR RACIONAL PARA TRADUCIR SEMIÓTICAMENTE EL ESQUE­MA DE UN ENTE AL MAYOR NÚMERO POSIBLE DE LENGUAJES; TAL CAPACI­DAD SE LLAMA: FACULTAD TRADUCTIVA. Esta definición nos está indicando que hay que distinguir entre "esquema del ente" y "traducción del esquema en un lenguaje determina­do". Pero el esquema es la "verdad" del ente en la estructura cultural, la interpretación racional de la esencia o designio, y tal verdad HA SIDO ESTRUCTURADA A PRIORI DE TODO LENGUAJE: si ella puede ser traducida a una multiplicidad de lenguajes significa que cada uno contendrá sólo UNA PARTE DE LA VERDAD DEL ENTE, UN ASPECTO O APA­RIENCIA. Es decir: TODA DEFINICIÓN (O QUIDDIDAD) DE UN ENTE, EN CUAL­QUIER LENGUAJE, DESCRIBE SOLO UNA PARTE DE LA VERDAD DEL ENTE; ES UN "SÍMBOLO INCOMPLETO".
Sin embargo aún no sabemos como hace la inteligencia para traducir el esquema a los términos del sistema lingüístico. Daremos la respuesta y luego, tal como acostumbramos, la explicaremos intuitivamente por medio de analogías estructurales. CUANDO EL PENSAR RACIONAL DEL PASÚ PROCURA APREHENDER EL PENSAMIENTO DE UN SIS­TEMA (LA VERDAD DE UN ENTE) EN LOS TÉRMINOS DE UN LENGUAJE, SU FA­CULTAD TRADUCTIVA LE PERMITE "VER" (O NOTAR AL SISTEMA EN EL CON­TEXTO SIGNIFICATIVO DE DICHO LENGUAJE: ENTONCES LA VERDAD DEL ENTE SE TRADUCE COMO "CONCEPTO INTELIGIBLE" O SIGNIFICADO LINGÜÍSTICO.
Lo que hace la facultad traductiva es facilitar la visión del esquema desde determinada perspectiva, de tal modo que el contexto significativo del pensamiento condiciona al signifi­cado como "concepto" del esquema: lo CODIFICA o ANOTA en términos del lenguaje con­textual. En rigor, la facultad traductiva consiste en APLICAR la estructura habitual sobre la estructura real para establecer correspondencias semióticas: el sistema complejo virtual del lenguaje es EXPANDIDO sobre el sistema real del ente situando el esquema en su contexto significativo; aquellos símbolos del esquema que corresponden con símbolos del lenguaje se actualizan en el concepto que, naturalmente, sólo puede contener un aspecto de la verdad, al­gunos símbolos equivalentes o NOTAS del esquema.
Se puede adquirir una idea intuitiva de todo esto observando atentamente la red de la figura 14. En geometría del espacio se demuestra que: "POR UNA RECTA PASAN INFINI­TOS PLANOS". En cuatro de esos infinitos planos que "pasan" por el sistema XX hemos es­tructurado, con nudos y enlaces, las mallas (ABCD), (EFGH), (IJKL), (MNOP). Supongamos que cada una de estas mallas forma parte de la estructura virtual de cuatro lenguajes diferentes y que el sistema XX representa el esquema de un ente externo. En ese caso podemos afirmar que cada malla EN SU PLANO es análoga al contexto significativo de un lenguaje y que: EL ASPECTO DEL SISTEMA XX, NOTADO DESDE LA PERSPECTIVA DEL PLANO QUE LO CONTIENE, ES EL "CONCEPTO" DEL ESQUEMA, VALE DECIR, EL "SIGNIFICADO", OPUESTO AL CONTEXTO SIGNIFICATIVO.
Los planos de cada contexto significativo se denominan PLANOS DE SIGNIFICACIÓN. Es evidente que en el sistema XX de la figura 14 la verdad del ente puede ser "vista" o NOTADA bajo cuatro "conceptos" distintos, aunque podría serlo en muchos más con sólo agregar mallas de lenguajes en otros planos de significación. Si dicha red perteneciese a la es­tructura cultural la "inteligencia" consistiría en la capacidad de NOTAR al sistema XX en la mayor cantidad de contextos significativos, por ejemplo, en (ABXCDX), (EFXGHX), (IJXKLX), etc.
Acompañando la figura 14 con la vista lateral de la red, representado en la figura 15, podremos avanzar analógicamente en la idea de "concepto".
El problema es el siguiente: si cada uno de los cuatro lenguajes de la figura 14 determi­na un "concepto" del sistema XX ¿qué parte analógica del sistema XX, que porción del enlace cilíndrico, corresponde a cada uno de los cuatro conceptos? Respuesta: cada "concepto" equi­vale a una TAJADA longitudinal del sistema XX cortada sobre el plano de significación de los lenguajes. En la figura 15 puede verse, en líneas de puntos, EL PERFIL de las cuatro tajadas, o conceptos del sistema XX, determinados por los lenguajes (ABCD), (EFGH), (IJKL) y (MNOP). Ahora bien, los Principios, según sabemos, son irreductibles, por lo que la tajada del concepto sólo puede ser cortada del enlace cilíndrico o Relación.



En la figura 16 hemos representado una de estas tajadas del enlace que, analógicamente, co­rresponden al concepto.
Una tajada de un enlace cilíndrico ha de estar determinada por las dimensiones espacia­les de éste: longitud y volumen. Análogamente un concepto está determinado por las dimensio­nes de la Relación: extensión y comprensión.
Recordemos que la Relación es el esquema sémico del ente: la extensión denota la clase de todos los símbolos simples que se subestructuran en el esquema; la comprensión es la me­dida de la verdad del ente; indica cuan cerca esta el esquema de representar al designio, cuantas propiedades de éste corresponden a aquél; por eso la comprensión es análoga al volumen del enlace, es decir, a la complexión de la subestructura misma. Estas dos dimensiones determinan al concepto y ahora veremos cómo.


En primer lugar observemos que si el concepto es una porción LONGITUDINAL de la Relación entonces: LA EXTENSIÓN DE UN CONCEPTO ES IGUAL A LA EXTENSIÓN DE LA RELACIÓN QUE SIGNIFICA. En consecuencia: TODO CONCEPTO HA DE ABARCAR "SIGNIFICATIVAMENTE" LA CLASE DE TODOS LOS SÍMBOLOS QUE ESTÁN BAJO LA EXTENSIÓN DE SU RELACIÓN. A continuación advirtamos que el vo­lumen de una tajada ha de ser manifiestamente menor que el volumen del enlace cilíndrico del cual fue cortada. Esto significa que: LA COMPRENSIÓN DE UN CONCEPTO ES SIEM­PRE MENOR QUE LA COMPRENSIÓN DE SU RELACIÓN. Para que la comprensión del concepto fuese IGUAL a la de la Relación, el volumen de la tajada debería ser igual al del en­lace cilíndrico y ello sólo puede suceder en el caso de que la facultad traductiva sitúe a la Re­lación en infinitos contextos significativos. Pero, de más está insistir en ello, esa posibilidad marca el limite máximo teórico de la inteligencia de un pasú: habría que ver como se las arre­glaría, un pasú tan inteligente, para expresar exteriormente esos infinitos conceptos en infinitos lenguajes. Por supuesto que esto no implica que no se pueda captar la verdad del ente en su totalidad: ello ocurre cuando la vivencia del sistema es captada por el pensar como pensa­miento de TODO el esquema; pero algo muy distinto es intentar EXPRESAR esa vivencia: entonces no hay otra solución que encerrar la verdad en el contexto de un lenguaje y manifestar su concepto.
La extensión de una Relación es una dimensión CUANTITATIVA: determina la CANTIDAD de elementos sémicos que integran el esquema. Por el contrario, la comprensión es una dimensión CUALITATIVA pues determina el GRADO DE VERDAD del esquema en función de las CUALIDADES que corresponden al designio. De tales cualidades el concepto sólo puede tomar algunas NOTAS, puesto que su comprensión es siempre menor. Y esa tajada de verdad, ese aspecto del esquema que ha sido NOTADO en el contexto significativo de un lenguaje, es lo que el pasú expresa y divulga en el mundo sociocultural, lo que adquiere FAMA y se convierte en Noticia.
En resumen, el concepto está determinado, también, por dos dimensiones: extensión y comprensión. La extensión de un concepto es igual a la extensión de una Relación y se refiere a la cantidad de elementos sémicos del esquema. La comprensión de un concepto indica cuales NOTAS de su contenido corresponden a cualidades o disposiciones sémicas del esquema, cuán cerca está éste de coincidir con la verdad del ente.
Hemos visto que una Relación, tal como la del sistema XX de la figura 14, puede ser "vista" o NOTADA en varios contextos significativos o lenguajes: los conceptos resultantes son análogos a la tajada de la figura 16. Observemos ahora la figura 15 a donde, con líneas de puntos, se destacan los perfiles de las cuatro tajadas (o conceptos); cada una de las cuales se encuentra en su plano de significación. Es evidente que cada plano intersecta a los otros en una recta común, XX, que hace las veces de eje axial del enlace cilíndrico. Pero dichos planos co­rresponden a sendos contextos significativos de lenguajes diferentes: entonces, lo que cierta­mente se intersecta en el seno del sistema, son los lenguajes mismos, como puede advertirse en la figura 14. Justamente, es la distinta OBLICUIDAD de los lenguajes lo que posibilita la existencia de múltiples conceptos sobre una misma verdad. Tal intersección de lenguajes pro­duce en las cuatro tajadas-concepto una región común alrededor del eje axial XX, según se muestra en la figura 16. Esta región, que se denomina NÚCLEO CONNOTATIVO DEL CONCEPTO o simplemente CONNOTACIÓN, es una dimensión propia de los "conceptos", que ahora vamos a explicar.
Cada concepto COMPRENDE todas las notas sobre la verdad del ente notadas en el contexto significativo de su lenguaje. Pero el hecho de que todos los conceptos de una misma verdad se superpongan en una región común implica la comunidad de alguna clase de notas. En otros términos: los conceptos de una misma verdad participan de ciertas notas comunes. Mas, ¿adónde está la región de las notas comunes? Según se ve en la figura 16: EN LO PRO­FUNDO DEL CONCEPTO, ES DECIR, EN EL CENTRO DE LA COMPRENSIÓN.
Es por esta condición que, al pensar PROFUNDAMENTE el concepto de una verdad, suele causar la percepción de segundos significados, o sea, la CON-NOTACIÓN de otros con­ceptos sobre la misma verdad. Lo que ocurre es que la profundidad del pensamiento conduce al núcleo connotativo, al eje axial de la Relación, es decir, al eje donde se intersectan los lengua­jes, y por eso es posible, desde allí, VISLUMBRAR otros contextos de significación, notar otros conceptos connotantes. De allí que el acceso racional a una más completa comprensión de la verdad de un ente consista en profundizar el concepto hasta dar con el núcleo connotati­vo, procurando luego que la facultad traductiva ejerza la intuición intelectual de los conceptos connotados.
La posibilidad de alcanzar el núcleo connotativo que subyace en todo concepto puede tener, también, otra importante utilidad: al percibir el concepto connotante es factible AVAN­ZAR SOBRE EL CONTEXTO SIGNIFICATIVO DE SU LENGUAJE y llegar hasta la es­tructura habitual u origen virtual de tal lenguaje. De esta manera se consiguen reconstruir sis­temáticamente lenguajes que hasta entonces sólo eran virtuales, vale decir, eran posibilidades de la estructura cultural.
Es algo obvio, pero conviene advertirlo aquí, que la mentalidad racional es refractaria a tomar caminos oblicuos; ella acostumbra mantenerse en UNO o DOS lenguajes "horizontales", sin profundizar en los conceptos, sin atender a los núcleos connotativos, y, por supuesto, sin internarse jamás en contextos de significación oblicuos.
La connotación tal como ha sido definida aquí es una "dimensión estructural del con­cepto" y se refiere a la participación de varios conceptos en las notas comunes de una misma verdad. Sin embargo los conceptos suelen connotar también, aunque más débilmente, significados pertenecientes a verdades de otros entes: es la denominada "connotación de significados conti­guos". Ella ocurre porque las Relaciones adyacentes de la estructura cultural pueden estar SO­BRE UN MISMO PLANO DE SIGNIFICACIÓN: entonces resulta que los núcleos connotati­vos de ambos conceptos están conectados por el lenguaje común y connotan mutuamente sus significados. Claro que ésta no es una verdadera connotación, es decir, el producto de la inter­sección de lenguajes, sino un DEFECTO del pensamiento racional ocasionado por la vaguedad de los límites del significado, que llegan a rozar los límites de un significado contiguo. Cuando el pensamiento racional se concentra en un sistema, los limites del significado se definen níti­damente en el contexto significativo del concepto, sin llegar a rozar los conceptos adyacentes situados en el mismo plano de significación: entonces la única connotación posible es la que se produce por la intersección de lenguajes en el núcleo connotativo del concepto. 
Hasta aquí hemos contestado a la ultima pregunta. Es conveniente ahora, antes de ir al próximo artículo, pasar revista a las respuestas obtenidas.
A la pregunta ¿qué es un lenguaje? se ha respondido que es "la posibilidad de construir un sistema complejo" empleando como elementos fundamentales "sistemas simples" estructu­rados según una particular "modalidad formal". Supimos asimismo que el "significado" de un pensamiento, considerado en el contexto significativo de un lenguaje, es el "concepto".
La pregunta siguiente, ¿cuál es el origen estructural de los múltiples lenguajes?, nos permitió saber que la estructura cultural se compone de "estructura habitual" y "estructura real". La estructura real esta constituida exclusivamente por sistemas que contienen esquemas de entes externos, es decir, entes cuyo designio ha trascendido la esfera sensorial; de allí la denominación de "real": la realidad proviene del efectivo “descubrimiento” del designio.
La "estructura habitual", por su parte, consiste en los "sistemas simples" de los múlti­ples lenguajes con los que la "facultad traductiva" PODRÍA interpretar conceptualmente los esquemas de la estructura real. Los "sistemas simples" de un lenguaje son subestructuras de símbolos arquetípicos, actualizados por una cierta "potencia activa", y representan a "entes in­ternos", es decir, a Principios o combinaciones estructurales de Principios. Según los "sistemas simples" que intervengan, y la modalidad lógica como se relacionen, cada lenguaje virtual puede "expandirse sobre" la estructura real, en cualquier sentido, y determinar el contexto sig­nificativo del sistema real "vivenciado" o "pensado". Entonces el "significado", que fundamen­ta el pensamiento de ese sistema, es "notado" en contraste con el contexto del lenguaje y codi­ficado como "concepto". Pero, siendo posible la aplicación al sistema pensado de múltiples contextos significativos expandidos desde la "estructura habitual", resulta que el "significado" del esquema, fundamento del pensamiento racional de éste, puede ser aprehendido por el pen­sar bajo la forma de múltiples conceptos, cada uno de los cuales contiene parte de la verdad del ente.
El "concepto", como visión particular de la verdad del ente en el contexto de un lengua­je, queda determinado especialmente por las dimensiones de la Relación que significa: exten­sión y comprensión; a las que se agrega una nueva dimensión, propia del concepto, llamada "connotación". 
En síntesis, los lenguajes son SISTEMAS DE SIGNIFICADOS CONCEPTUALES; pero sistemas que poseen una parte "habitual", es decir, una disposición para la expansión siste­mática "sobre" la estructura real, que es causa de la racionalización conceptual, y una parte efectivamente "existente", en continuo crecimiento, formada por los significados conceptuales de aquellos esquemas que han sido objeto del pensamiento. Los lenguajes son, así, capaces de racionalizar conceptualmente cualquier esquema de la estructura real.
La racionalización sistemática de la estructura real consiste, no sólo en codificar con­ceptualmente los esquemas de entes externos, sino también en AGRUPAR sistemáticamente los conceptos de acuerdo a determinaciones cardinales y ordinales arbitrarias. Se consigue así que el grupo de conceptos forme un sistema y exprese un SIGNIFICADO GRUPAL, vale de­cir, se obtienen "conceptos de conceptos". Esto es posible porque la "inteligencia" es la facul­tad de traducir conceptos de un lenguaje a otro, de donde se infiere que hay lenguajes cuyos conceptos pueden contener "clases de conceptos" de otros lenguajes al ser aplicados sistemáti­camente sobre grupos de esquema. Por eso la capacidad de clasificar es el principal efecto de la inteligencia y la base de todo método racional. Un ejemplo típico de clasificación sistemática lo constituye el método TAXOLÓGICO de la ciencia que consiste en agrupar entes de acuerdo a su homología estructural; para ello se definen TAXONES tales como: LA ESPECIE, EL GÉNERO, LA FAMILIA, EL ORDEN, LA CLASE, LA RAMA, EL REINO, ETC.
El pensamiento de un sistema, de la verdad de un ente, al ser pensado conceptualmente en un lenguaje puede ser también clasificado en otro por efecto de la capacidad traductiva de la inteligencia. ¿Qué relación existe entre esta capacidad y la finalidad del pasú? Es lo que se pondrá en claro en el siguiente articulo.



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