domingo, 23 de febrero de 2020

EL ESPÍRITU-ESFERA "REVERTIDO"

EL ESPÍRITU-ESFERA "REVERTIDO"

Lo que jamás hubiese podido conseguir el Demiurgo o cualquier otro Demonio seme­jante, esto es, la alteración del Espíritu-esfera, vino a ser logrado por la Vía de la traición. En efecto, fueron otros miembros de la Raza Hiperbórea, conocedores de todos los secretos del Espíritu-esfera, quienes quebrantaron el principio de lealtad y precipitaron a millones de Es­píritus al abismo. Ellos, los Siddhas Traidores, revelaron el secreto del "punto exterior" e hi­cieron posible el engaño y la reversión del Espíritu-esfera. En la figura 4 se ha representado tal situación.
Vemos allí que el Tergum o Espalda hostil ha pasado al interior de la esfera, mientras que el Rostro espiritual se ha exteriorizado por completo, quedando enfrentado por un lado directamente al plano material.


Lo primero que se advierte al observar la figura 4 es la desaparición del Yo Absoluto de su posición central. El Espíritu Hiperbóreo, vale la pena aclararlo, NO ES UN SER SIMPLE. Hay que recordar que estamos hablando del miembro de una raza cósmica y no de un mero fantasma incorpóreo. Además, si fuese simple, seria inútil intentar su descripción: basta­ría sólo con designar un nombre. Ello no es posible y por eso lo hemos representado como Espíri­tu-esfera, el cual, desde luego, no es simple: ya conocemos su cuerpo esférico, el "tergum hos­tis" y el "vultus spiritus". Este último, el Rostro espiritual, es la SABIDURÍA propiamente di­cha y de Ella depende el Yo Absoluto que, luego de la reversión ha desaparecido del centro.
El Rostro espiritual tampoco es simple, desde que lo hemos supuesto extenso, es decir, como una "superficie esférica interior", pero en cambio es homogéneo, TODO SABIDURÍA. Tal homogeneidad espiritual se concreta en el Yo Absoluto, el cual es expresión de la síntesis absoluta con que el Espíritu esférico se unifica y reúne en un solo punto central. Para expresar la unidad del Espíritu esférico y su síntesis central, en sentido figurado, suponemos que la su­perficie representativa esta compuesta por puntos que "miran" hacia el centro y allí se sintetizan, en un único punto cardinal: el Yo Absoluto.
Ahora bien: luego de la reversión los "puntos gnósticos" ya no "miran" hacia el cen­tro de la esfera, interiormente, sino en sentido completamente opuesto y exterior. ¿Qué ha ocu­rrido con el Yo Absoluto ahora? ¿Su "desaparición" significa su extinción; el quebrantamiento de la unidad sintética de la Sabiduría? En rigor éstas y otras preguntas que podrían proponerse se reducen a una sola: ¿EXISTE ALGÚN PUNTO EXTERIOR AL ESPÍRITU-ESFERA QUE PUEDA SER "VISTO" SIMULTÁNEAMENTE POR TODOS LOS PUNTOS GNÓSTICOS DEL ROSTRO ESPIRITUAL? Se comprende que esta pregunta, así como cualquiera otra semejante, incluidas las dos propuestas en primer termino, DEBEN SER RES­PONDIDAS AFIRMATIVAMENTE pues en caso contrario el "Yo Absoluto" NO SERIA ABSOLUTO. El carácter de "Absoluto" le viene por ser síntesis absoluta de la gnosis espiri­tual; su suerte, hablando en sentido figurado, va ligada a la unidad de la Sabiduría y si aquél se extingue ésta ha de extinguirse también, es decir, ha de morir. Pero el Espíritu-esfera es inmor­tal y su Yo un Yo Absoluto.
Mas, si la respuesta DEBE SER AFIRMATIVA, si efectivamente existe un punto exte­rior adonde luego de la reversión se ha trasladado el Yo Absoluto, cabe preguntar a su vez ¿adonde esta? o mejor ¿adónde PUEDE estar un punto cardinal exterior que reciba simultá­neamente todas las miradas de los puntos gnósticos?

FIGURA 5 (a y b)

Para aproximarnos a la respuesta tengamos en cuenta lo siguiente: en el Espíritu-esfera NORMAL( Fig. 2) las "miradas" de los puntos gnósticos hacia el Yo Absoluto equivalían a PROYECCIONES de los puntos de la superficie esférica interior sobre el punto central; inver­samente, se podría también decir que DESDE EL YO ABSOLUTO es posible ver TODOS LOS PUNTOS del Rostro espiritual o sea: DESDE EL PUNTO CENTRAL de la esfera es posible PROYECTAR un radio[1] hacia cada uno de los puntos de la superficie esférica interior. Consideremos ahora, con este mismo criterio, al Espíritu-esfera luego de la reversión (Fig. 4). El punto buscado debe ser tal que converjan sobre él la proyección de TODOS los puntos de la superficie exterior de la esfera. Sin embargo es evidente a primera vista que la proyección normal de todos los puntos exteriores no converge sino que diverge en todas direcciones, es decir, isotrópicamente. Pero podemos verificar con más rigor esa presunción si examinamos dos puntos gnósticos, A y B, tan cerca como se quiera uno de otro, y medimos la distancia en­tre cada VECTOR proyectivo o "mirada" hacia el Yo Absoluto. En la figura 5-a se demuestra que en el Espíritu-esfera "normal" las "miradas" convergen hacia el Yo Absoluto del centro, es decir, los vectores "se juntan cada vez más entre sí" a medida que se acorta la distancia al cen­tro.


Por el contrario las "miradas" procedentes de los puntos exteriores, en el Espíritu "revertido", tienden a "separarse cada vez más entre sí" a medida que se alejan de la superficie esférica. ¿Qué nos dice esto? Para empezar: que el punto exterior de convergencia NO PUEDE ESTAR CERCA del Espíritu esfera, puesto que las "miradas", es decir, los vectores proyecti­vos, se separan entre si en todas direcciones. Pero CUAN LEJOS puede estar dicho punto no resulta tan evidente ya que si proyectamos TODAS las miradas, o sea, si consideramos la pro­yección completa de la superficie esférica, ilimitadamente hacia toda dirección, ACABARE­MOS POR ABARCAR LA TOTALIDAD DEL ESPACIO CÓSMICO. ¿Adónde está, enton­ces, el punto exterior de convergencia? Respuesta: EN EL INFINITO. Por ejemplo: si consideramos sólo cuatro puntos gnósticos I, II, III, y IV, tal como se muestra en la figura 6, SITUADOS EN PARTES OPUESTAS de la superficie esférica, y los proyectamos ilimitadamente en dirección de cuatro puntos de referen­cia arbitrarios N, S, E y O, PODEMOS AFIRMAR QUE DICHOS VECTORES PROYEC­TIVOS COINCIDIRÁN AL TÉRMINO DE SU TRAYECTO EN UN ÚNICO PUNTO CO­MÚN SITUADO EN EL INFINITO. Pero hay más: si, de la misma ma­nera, proyectamos TODOS los puntos gnósticos, es decir, la superficie esférica entera, ilimita­damente hacia TODAS las direcciones posibles, éstos acabarán por encontrarse igualmente en un único punto común infinito o "POLO". En la figura 7 se ha representado un punto seme­ja (violeta). A el llegan los infinitos vectores que parten de los infinitos puntos gnósticos del Espíritu esfera; en la figura dibujamos sólo dieciséis de los infinitos vectores: el POLO infinito es, en rigor, el mismo "punto extremo" de cada uno de los vectores.


Naturalmente, no es posible construir un esquema del Espíritu-esfera, como en la figura 5-b o 6, en el cual estén dibujados los infinitos vectores EN TODA SU EXTENSIÓN INFI­NITA, hasta llegar a la coincidencia extrema de la figura 7; ni tan sólo seria posible represen­tar algunos de ellos: UN SOLO VECTOR CUYO MÓDULO, O EXTENSIÓN, SEA INFI­NITO SOBREPASA LAS DIMENSIONES DE CUALQUIER ESQUEMA GRÁFICO. Po­demos sin embargo CONVENIR EN UNA REDUCCIÓN de la dimensión del vector para que pueda ser representado dentro del marco del esquema: PARA ELLO SOLO HAY QUE RE­CORDAR QUE EL PUNTO EXTREMO DEL VECTOR ES SIEMPRE EL POLO INFINI­TO.

Ahora bien: si dibujamos infinitos vectores de, por ejemplo, un centímetro de módulo, en un esquema como el de la figura 4 (o 5-b, o 6, etc.) y marcamos el extremo de cada uno de ellos con un punto violeta, en representación del polo infinito, COMPROBAREMOS QUE TODOS ESTOS PUNTOS FORMAN UN CIRCULO VIOLETA, exterior al Espíritu-esfera y a un centí­metro de distancia. En la figura 8 se muestra un esquema semejante, aunque por moti­vos de claridad sólo se han dibujado dieciséis vectores. Resulta así que el "polo infinito", re­presen­tado en la finitud del esquema gráfico, es equivalente a un "circulo externo" al Espíritu-esfera revertido: es lo que llamamos POLO INFINITO EXPANDIDO. Pero no hay que olvidar que el esquema SÓLO MUESTRA UNA SECCIÓN o CORTE DEL ESPÍRITU-ESFERA: en el espacio, es decir, considerando las tres dimensiones de la esfera, los infinitos vectores que parten de cada "punto gnóstico", si tienen también un modulo convenido de un centímetro, por ejemplo, FORMARÁN CON SUS PUNTOS EXTREMOS (VIOLETA) UNA ESFERA VIOLETA, exterior al Espíritu-esfera y a un centímetro de distancia.


Ha llegado el momento de extraer una conclusión. Sabemos ahora que luego de la re­versión (Fig. 4), las "miradas" de los puntos gnósticos convergen efectivamente en un único punto exterior, de manera semejante a lo que ocurría en el Espíritu normal cuando todas las miradas apuntaban al punto central o Yo Absoluto.
Pero tal punto exterior esta en el infinito, según vimos. ¿Significa esto que allí se realiza igualmente la síntesis del Rostro espiritual y se conforma un Yo Absoluto? Si. Pero a ese Yo exterior vamos a llamarlo, para evitar confusiones "Yo Infinito".
Las preguntas naturales que se desprenden de tal conclusión son ¿cómo, si finalmente el Espíritu-esfera consigue sintetizar un Yo exterior, este mismo yo no "toma conciencia" de su estado revertido? y ¿por qué dijimos que, luego de la reversión, el Espíritu-esfera paso de SER a NO SABER, de la orientación a la desorientación, el extravío y la confusión? No es difícil dar respuesta a tales interrogantes; pero se requiere una reflexión previa. En verdad el motivo por el cual el Yo Infinito es ignorante de su situación guarda estrecha relación con el motivo por el cual no hemos podido representar el "polo infinito" en el esquema de la figura 8: la re­lación de inconmensurabilidad que guarda lo finito con lo infinito cuando lo infinito aparece como extremo o "límite" de una distancia ilimitada. Si el infinito está en el extremo de una distancia esta tiene por fuerza que sobrepasar TODO cuanto sea finito. Es decir que, ENTRE el Espíritu-esfera y el Yo Infinito, ha de estar COMPLETO el mundo de los entes finitos. O, en otras palabras, el Yo Infinito sobrepasa POR EL INFINITO al mundo de los entes finitos; es como si, en la figura 8, TODO LO FINITO estuviese entre el círculo verde (Rostro espiritual) y el círculo violeta (polo infinito); recordemos que en la figura 2 representamos al "plano ma­terial inferior" POR DEBAJO del Espíritu-esfera revertido sólo por motivos de conveniencia expositiva, pero que en realidad dicho plano, o "mundo en los entes finitos", RODEA AL ES­PÍRITU REVERTIDO POR TODAS PARTES: y a ese mundo el Espíritu-esfera se opone esencialmente.



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